Quito, (Andes).- Los niveles de endeudamiento de Ecuador son de los más bajos de la región y de la historia del país con 26,3% del Producto Interno Bruto (PIB), aseguró el presidente Rafael Correa, durante su informe semanal.
El primer mandatario explicó que la prensa mercantilista asegura constantemente que el país está en crisis y que existe demasiado endeudamiento, como una estrategia para descontrolar a la ciudadanía y hacer perder la perspectiva de la realidad.
“Nuestro principal opositor es la prensa corrupta, propiedad de los opositores. Repetir, repetir y repetir hasta que la gente crea que el crecimiento económico es gracias al endeudamiento, sin que haya ningún fundamento es su estrategia”, aseguró.
Sin embargo, el presidente certificó que la deuda en el país andino se ubica en 26.3% del (PIB), lejos de su techo del 40% y muy por debajo del endeudamiento registrado en gobiernos de la partidocracia como el de Jamil Mahuad en el que registró 85,5% del PIB, Gustavo Novoa (57,9%) o Lucio Gutiérrez (44,7%), es decir, que la deuda – en los anteriores gobiernos- en relación al PIB fue siempre mayor.
Asimismo, enfatizó en que la deuda se destina exclusivamente a proyectos de inversión como estipula la Constitución del país y que existe la prohibición expresa de financiar con deuda gasto corriente.
“En el pasado no existía destino especifico para la deuda y en muchas ocasiones sirvió para asumir pagos privados. El endeudamiento estaba atado a paquetazos y exigencias de las famosas cartas de intención (…) Ahora el Gobierno contrata deudas sin ningún tipo de imposiciones”, dijo.
En años anteriores, el endeudamiento se realizaba con una tasa de interés de alrededor del 12%, mientras que ahora alcanza el 7,95% y la totalidad ingresa a la Caja Fiscal para destinarse a proyectos de inversión.
Según el presidente Correa, los niveles de endeudamiento de Ecuador son de los más bajos de la región con 26,3% y mucho menores en comparación al de Estados Unidos (105% del PIB), Grecia (175%), Italia (132,6%), y España (93,6%).
“Toda la deuda que se contrata es para inversión pública que en este periodo alcanzó el 16% del PIB cuando en 2006 era apenas del 4,1%”. Tenemos disciplina fiscal, las finanzas públicas están ordenadas. Hay una política fiscal sana que permite que los ingresos permanentes financien los gastos permanentes y que la deuda pública sea para inversión con retorno en dólares”, sentenció.
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