El T.10, un avión de transporte táctico, ha sido adaptado a la misión de transporte sanitario. Esta transformación, denominada medicalización, ha consistido básicamente en la instalación de una cámara de aislamiento proyectada para aislar temporalmente a enfermos contagiosos, que cumple con la norma N 36-2 y proporciona la máxima protección al paciente y al personal sanitario que lo trata, así como un sistema de soporte vital para la monitorización del enfermo en todo momento. No obstante, se han cargado otras dos cámaras de aislamiento (una segunda de reserva, ya montada, y otra más sin montar, con carácter preventivo) y material médico diverso con un total de 1200 Kg.
Las tripulaciones, sanitaria y de vuelo de cabina, van protegidas con monos impermeables que cubren de los pies a la cabeza, más gafas, mascarilla, guantes y calzas, para aislarlas de fluidos o partículas contaminantes en el área de trabajo próxima al paciente infeccioso, que previenen el contagio.
En el avión realizó la ruta con dos tripulaciones de vuelo, integrada cada una de ellas por un piloto, un copiloto, un navegante y un auxiliar (ocho personas en total) del Ala 31 del EA más dos equipos médicos de la UMAER formados por un Comandante médico, un Capitán enfermero y un auxiliar de enfermería (6 en total, todos ellos asimismo militares).