El gobierno de Maduro crea líderes opositores a cada paso

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El gobierno de Nicolás Maduro, a cada paso, ayuda a crear un líder opositor; un héroe podría decirse, ante los ojos del mundo.
Si emplearan apenas un poco la inteligencia y no la fuerza bruta, se darían cuenta que con todos los desatinos que cometen a diario en contra de la oposición, con los atropellos, los ataques verbales y el encarcelamiento arbitrario, logran el efecto contrario, porque lo que consiguen es que la gente se solidarice con quien enfrenta a la prepotencia del régimen chavista.
Por si fuera poco también lo hacen con políticos extranjeros. El joven dirigente chileno Felipe Cuevas de la UDI, de visita en Caracas para reunirse con miembros opositores, fue detenido por los servicios de inteligencia venezolanos, por presuntamente sacar fotos del edificio del Sebin. Eso ha bastado para que los medios de comunicación del mundo hablaran del hecho y un desconocido dirigente chileno, se convirtió en alguien importante. La relevancia internacional se la dio Maduro. Se pidió por su liberación en los medios y las redes sociales y a las pocas horas fue liberado y ya está de regreso en Chile, con patente de héroe por enfrentar al régimen chavista.
Con un poco de inteligencia, lo podrían haber apercibido y nada más, pero la prepotencia de la cual hacen ostentación, los lleva a extremos que finalmente se vuelven en su contra. La inteligencia como se ve, brilla por su ausencia.
A Caracas llegó un joven político chileno- casi desconocido fuera de su país- Maduro se encargó de ponerlo en los medios internacionales y que regresara a Chile como un héroe.
En el caso de Leopoldo López, el líder de Voluntad Popular encarcelado con imputaciones montadas por el gobierno, le convierten en un mártir del regimen y cada día que permanece detenido injustamente en una cárcel venezolana, le acercan irremediablemente a la candidatura para la presidencia de la República.
Las acusaciones constantes con pruebas de dudosa legitimidad en contra de la diputada María Corina Machado, a la cual en forma ilegal la despojaron de sus fueros parlamentarios, le quitan el pasaporte para que no pueda salir del país, la amenazan públicamente y el propio Maduro la califica de “asesina”, por- según él- participar de un presunto plan de magnicidio.
María Corina Machado, una mujer valiente que se enfrenta al poder chavista con las palabras y las denuncias que molestan al régimen que pretende acallarla a la fuerza y lo único que consiguen es que a nivel mundial, le brinden solidaridad.
Lo mismo ocurre con los alcaldes presos por el régimen, Enzo Scarano y Daniel Ceballos encarcelados para quitarles de sus respectivas alcaldías, pero la percepción “inteligente” del gobierno les condujo a otro estrepitoso fracaso; las esposas de los alcaldes privados de su libertad, ganaron en elecciones populares los cargos en las alcaldías de las que fueron despojados sus maridos.
Y eso sucede en varios niveles, tanto políticos como estudiantiles. A cada instante Maduro crea un líder entre la oposición.
La mejor agencia de publicidad de los opositores es el gobierno, sus funcionarios y algunos poderes del Estado presuntamente independientes.
Cada vez que el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, presenta acusaciones descabelladas-perdón por la redundancia-en contra de alguien, o no permite que la oposición ejerza el legítimo derecho al uso de la palabra en la Asamblea, está logrando la solidaridad a favor de quien se ve privado de esos derechos.
La fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, con sus apreciaciones sobre los derechos humanos en el país, es otro ejemplo de la mejor de la propaganda en contra del gobierno, cuando manifiesta que el Ministerio Público es “respetuoso y garantista de los derechos humanos, así como también, vela porque se cumpla el debido proceso”.
Las interpretaciones de la Constitución de Venezuela, por parte del Tribunal Supremo de Justicia, dejan enormes dudas en cuanto a su legitimidad, ya que siempre fallan a favor del gobierno y juristas internacionales y abogados constitucionalistas han discrepado con estas “interpretaciones”.
La inteligencia del gobierno está sujeta, nadie la ejerce; se asemeja mucho al título de una canción española: “Como un burro amarrado a la puerta de un baile”, así parece encontrarse la “inteligencia” chavista.