Pedro Sánchez, el futuro secretario general del PSOE, no tiene una gran trayectoria dentro de filas socialistas, a la que se adhirió en 1993 fue concejal y en las elecciones generales de 2011, ejerció asesorías y quedó fuera del Congreso de los Diputados por haber obtenido su partido solo diez diputados por Madrid. En enero de 2013 finalmente pudo entrar al Congreso de los Diputados gracias a la renuncia al escaño de Cristina Narbona, que marchó para ocupar un puesto en el Consejo de Seguridad Nuclear. Como quien dice llegó al cargo cuando ya no lo esperaba.
En su trayectoria académica obtuvo la licenciatura en Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad Complutense de Madrid. Luego cursó estudios de posgrado tales como un Master en Política Económica de la UE por la Universidad Libre de Bruselas y un Master en Liderazgo Público por IESE. Desde 2012, es doctor en Economía y Empresa por la Universidad Camilo José Cela (UCJC) de Madrid, una institución donde se asegura han recalado varios adherentes al PSOE, al menos mientras estaba de rector Rafael Cortés Elvira ((2003-2012), ex Secretario de Estado para el Deporte en el gobierno de Felipe González.
Sánchez habla de presentar una batería de medidas en el Congreso “para recuperar derechos de los trabajadores y para crear empleo” de calidad. Se reúne con el Secretario General de UGT, Cándido Méndez y coincide con el líder sindical en que el PP y el Gobierno están rompiendo “muchos de los consensos sociales, políticos, que se habían forjado a los largo de los últimos 30 años de democracia” y “está utilizando la crisis como gran excusa para construir su modelo de sociedad, que es un modelo desigual”.
Pero asombrosamente, Sánchez, señala en la reunión que UGT es “el sindicato hermano del Partido Socialista”, pero nada dice sobre las denuncias de corrupción y en lo que sucede en los juzgados en torno al sindicato hermano. Bueno, en todo caso, la familia siempre está primero que nada.
Su negativa a no votar por Juncker para presidente de la Comisión Europea y romper el pacto, es una acción para mostrarse y hacerse conocer, pero esto no ha hecho otra cosa que dejarlo en desventaja como alguien que no cumple lo acordado por su partido, algo que varios eurodiputados le reprochan.
El aplazamiento de las primarias del PSOE para elegir al candidato a la las presidenciales, programadas para el próximo mes de noviembre, parece que serán para 2015. No caben dudas que esto se hace para encumbrar al nuevo secretario general, Pedro Sánchez, a quien muchos en su exitismo ya ven como candidato único.
Tal vez alguien con experiencia debería decirle que no debe sentirse un “iluminado”, que el mundo está lleno de personajes que creyeron ser más de lo que en realidad eran y terminaron fracasando.
Sánchez sale a dar consejos y “arreglar el mundo” y ya se cree que tiene la fórmula para cambiar la política española y europea y se anima a hablar como si en Bruselas estuvieran ansiosos por escuchar sus propuestas.
“Yo he venido sosteniendo en los últimos meses que en Bruselas tenemos que cambiar y girar la política europea, y hacer una política económica diferente a la planteada ahora mismo por las instituciones comunitarias. Tenemos que ganar credibilidad y ser coherentes”, ha señalado y anuncia que lo primero que hará tras ser nombrado secretario general, “será ir a Bruselas a decir a los líderes europeos que tenemos que cambiar la política europea”.
Antecedente histórico para saber de donde viene Sánchez
En 2000 fue uno de los delegados en el 35.º Congreso Federal del PSOE. De este congreso salió elegido José Luis Rodríguez Zapatero secretario general y José Blanco secretario de Organización. Este se rodeó de un reducido equipo de colaboradores, conocido como «los chicos de Blanco»: Óscar López, Antonio Hernando y Pedro Sánchez.