Destruyeron parte de la historia del Uruguay; el Cilindro Municipal para dar paso al Antel Arena

Cayó este lunes el histórico Cilindro Municipal de Montevideo por medio de una implosión, para dar paso a un proyecto que muchos analistas sostienen que es inconstitucional, el Antel Arena financiado por el ente estatal de telecomunicaciones, pues explican que viola el artículo 190 de la Constitución que expresa que “los Entes Autónomos y los Servicios Descentralizados no podrán realizar negocios extraños al giro que preceptivamente les asignen las leyes, ni disponer de sus recursos para fines ajenos a sus actividades normales”.
En una implosión controlada, se ha destruido este lunes una parte de la historia de Montevideo, como hace pocos días se destruyó el emblemático edificio de la fábrica de alfombras Assimakos y otros tantas construcciones históricas.
La desidia del gobierno municipal de Montevideo, fue parte fundamental del deterioro del emblemático cilindro que sirvió como centro de exposiciones, estadio deportivo y centro de espectáculos entre otras actividades. Al final hay que sumarle que demoler el antiguo edificio costó 700 mil dólares que se gastaron en una implosión que duró 18 segundos. En definitiva la Intendencia Municipal de Montevideo y Antel, le pasaron por encima a la historia, para construir algo cuya legalidad sigue estando en duda. Al menos de la caída del histórico muro de Berlín, se conservaron partes del mismo. Aquí ni eso.
Violando la Constitución
En un artículo, el diario El País había explicado que el Tribunal de Cuentas de la República (TCR) señala que la construcción del polideportivo y centro de espectáculos “no se encuentra dentro de los cometidos de Antel” y “viola lo preceptuado en el artículo 190 de la Constitución”.
Sin embargo, del análisis de los cometidos del convenio suscrito con la IMM surge que Antel realizará el proyecto, construirá un centro de actividades vinculadas al deporte, arte, turismo, promoción del comercio e innovación tecnológica, dotándolo de la infraestructura y equipamiento necesario, y encargándose de su mantenimiento y gestión (que podrá hacer directamente o contratar con terceros públicos o privados). También se desprende del acuerdo que Antel ofrecerá “diferentes opciones de recreación y desarrollo a la población, fortaleciendo la imagen de Montevideo y de Uruguay en la región y en el mundo, incluyendo un espacio cerrado con una capacidad mínima de 8.000 espectadores, acondicionamiento acústico de alta calidad, pisos deportivos flotantes, estacionamientos con un mínimo de 800 plazas, áreas enjardinadas y equipadas, oficinas y áreas de explotación comercial”, incorporando un espacio similar al actual anfiteatro (“Canario Luna”) y preservando la guardería municipal que se encuentra en el predio.
El tribunal admite que la publicidad en el Antel Arena podría ser “un medio o un poder implícito para promocionar la venta de telefonía móvil”, aunque aclara que “la calidad de sponsor de un `arena`, o la exclusividad para las transmisiones de eventos, no requieren haberlo proyectado, haberlo construido, ni dotarlo de infraestructura, ni realizar su mantenimiento ni gestionarlo”.
El informe del tribunal cita a muchos de los juristas más encumbrados, entre ellos a Sayagués Laso, Cajaraville, Gordillo, Leal, Cagnoni y Jiménez de Aréchaga.