
Afirmé entonces y reitero hoy, que fuera de discrepancias con sus políticas sociales, económicas y exteriores, su herencia maldita para nuestra sociedad, será su lamentable expresión de “que como te digo una cosa te digo la otra”, restándole valor a la palabra y sobre todo al respeto por ella. El mensaje para nuestra juventud es horrible, es el mensaje del todo vale, de la mal llamada viveza criolla y de que puedo engañar al otro para obtener lo que quiero. Triste, muy triste, pero es así.
Y en política exterior esto lo vemos claramente, por eso no escribí anteriormente sobre una política exterior, sino sobre sus políticas exteriores, porque hay una política para los amigos y otra para los demás, como dice una cosa, dice la otra, como hace una cosa, hace otra según el interlocutor; lamentablemente, como digo ante su pésimo manejo de la situación de la hermana República del Paraguay, cuando el Parlamento destituyó constitucionalmente a su amigo Lugo, para nombrar a su legítimo sucesor Franco, “lo político esta por encima de lo jurídico”.
Y así ha sido sumiso con Argentina y así es injusto con Venezuela y con su pueblo.
Sobre su política con Argentina poco resta por decir, la historia no lo absolverá, sino que lo condenará, pero lo mismo pasará con sus decisiones respecto a Venezuela.
Las malas decisiones respecto a Paraguay, tuvieron como consecuencia deseada el ingreso de Venezuela al Mercosur al que Paraguay y la mayoría de los uruguayos se oponía.
Se premió al gobierno de su amigo Chávez y se intenta proteger al de su amigo Maduro.
Durante la elección, legisladores uruguayos visitaron al país caribeño para prestar su apoyo al gobierno, entre ellos la primera senadora del gobierno y primera dama del país no respetando la neutralidad.
Luego convalidando unas elecciones que ni los venezolanos han hecho, cuando es claramente un problema de ellos.
Hoy lo hacen con su silencio ante la represión dura y sangrienta a los estudiantes venezolanos que sólo claman por libertad. Que diferencia tiene el partido de gobierno con la situacion vivida en Chile por las protestas de los estudiantes, dirigidos por una militante comunista, hoy legisladora contra el gobierno de Piñera. Que triste que se hagan esas diferencias.
Un país chico como Uruguay, chico, pero país, no paisito, debe entre otros pilares, donde es clave por supuesto la educación, tener una política exterior, clara, firme y dónde todos sepan cual es, es decir una política de Estado.
En política exterior un país serio, no puede decir una cosa y al poco tiempo la otra, un país que pretende ser serio debe decir una cosa y volver a decir la misma, que no igual a decir que no puede cambiar. Y un país que pretende ser serio debe decir una cosa y hacer esa cosa.
Mientras vemos todo esto, con nuestro Partido Nacional, uno de los más viejos de mundo, seguimos diciendo y haciendo los mismo, creemos en la libertad y en la democracia, no creemos en el intervencionismo y somos nacionalistas, americanistas y antiimperialistas…, esto último de cualquier tipo.
José A. Alem Deaces












