La Unión Europea (UE) propone reforzar sus programas de promoción de hábitos alimenticios sanos en las escuelas para atajar la mala alimentación de los niños.
El nuevo programa reunirá los dos existentes —el plan de consumo de fruta y el plan de suministro de leche— que financian la distribución de fruta y leche en centros escolares y promueven la educación en alimentación saludable. Unos 30 millones de niños en toda la UE se benefician cada año de esos programas.
El nuevo programa combinará los dos actuales bajo el lema «Come bien — siéntete bien». Se prestará más atención a la educación para sensibilizar más a los niños sobre una alimentación saludable y hacer que comprendan mejor cuestiones como los residuos y la producción de alimentos. Entre las medidas previstas podrían incluirse, por ejemplo, visitas a granjas.
Dietas pobres
En la mayoría de los países los niños cada vez toman menos fruta, verdura y leche y cada vez más alimentos transformados.
Según la Organización Mundial de la Salud, la obesidad entre los niños europeos va en aumento. En 2008, uno de cada cuatro niños europeos de entre 6 y 9 años sufría de sobrepeso u obesidad; en 2010, la proporción había aumentado a uno de cada tres.
Para invertir esta tendencia, con el nuevo programa se pretende:
luchar más eficazmente contra la mala alimentación
reforzar la educación que ofrecen los programas sobre hábitos alimentarios sanos
contribuir a la lucha contra la obesidad.
Una organización más flexible
Actualmente, todos los países de la UE participan en el plan de distribución de leche y la mayoría en el de fruta (excepto el Reino Unido, Suecia y Finlandia). La participación en el nuevo programa seguirá siendo voluntaria y los países de la UE tendrán flexibilidad para elegir qué alimentos distribuir.
El nuevo programa tendrá un presupuesto de 230 millones de euros, superior a los 197 millones de euros asignados para este año, pero inferior al presupuesto ya previsto para los programas de distribución fruta y leche de aquí a 2020.
Se espera que la fusión de los dos programas limite las cargas administrativas y de organización que su aplicación entraña para los centros escolares y las autoridades nacionales, y reduzca los costes de distribución.









