La Plataforma por la Comisión de la Verdad de España ha enviado una carta al Papa Francisco exigiéndole que a través de él, la iglesia “Pida perdón a los españoles por haber apoyado y legitimado la rebelión militar y la dictadura de Franco que tantas víctimas causó”, dice textualmente la misiva.
Luego le pide al Sumo Pontífice que “Apoye a las víctimas del franquismo para buscar la verdad, la justicia y su reparación”, y finalmente expresa respecto a la beatificación de más de 500 víctimas del bando republicano que “Suprima la beatificación prevista para el día 13-10-2013. Porque,bajo la capa de acto religioso la jerarquía está haciendo un acto político de afirmación franquista ya que ensalza a unas víctimas y olvida, como siempre, a las víctimas de la dictadura”, dice la Plataforma por la Comisión de la Verdad.
Con esta declaración, el colectivo reconoce que también hubo otras víctimas; víctimas del gobierno republicano de las que poco se habla y que tienen el mismo derecho a ser reconocidas. De los dos lados hubo excesos y esto debe reconocerse.
Esta Comisión de la Verdad debería pensar que con esa idea ellos también están haciendo un acto político de afirmación republicana, cuando no debe haber una distinción entre los bárbaros crímenes perpetrados por el franquismo y los republicanos. Hay muchos actos de reconocimiento a las víctimas de la dictura franquista y eso está muy bien y no por eso son malinterpretados. La Plataforma por la Comisión de la Verdad, no debería hacer distinciones entre la infame dictadura de Franco y la cruel represión de la República.
Sobre este tema existe un libro que ya no se puede encontrar en las librerías, “Un diplomático en el Madrid Rojo”, escrito por Félix Schlayer, Cónsul y Encargado de Negocios de Noruega en España (1936-1937)  y fue publicado en el año 1938 en alemán, traducido luego por Carmen Wirth Lenaerts. Son tan solo 94 páginas que desnudan la realidad que se vivía en esos días en España. El funcionario consular logró salvar vidas de personas perseguidas por el bando republicano.
El diplomático noruego narra en un capítulo de su libro sobre la entrevista que tuvo con Dolores Ibárruri, “La Pasionaria”: “Hacia el final de la conversación, le pregunté cómo se imaginaba ella que las dos mitades de España, separadas la una de la otra por un odio tan abismal, pudieran vivir otra vez como sólo un pueblo y soportarse mutuamente. Entonces estalló todo su apasionamiento: “¡Eso es simplemente imposible! ¡No cabe más solución que la de que una mitad de España extermine a la otra!”. No podía, por tanto, quejarse si la parte contraria le había aceptado la receta”, cuenta el autor.
El libro se puede leer en internet en este lugar
La checas del terror
Es un libro escrito por César Alcalá y publicado por la editorial Libroslibres en España en 2007, narra lo que se hizo en las checas o cárceles republicanas.
El autor declara que “Las checas instauradas por la República eran auténticos campos de concentración donde hubo hornos crematorios, se torturó y se asesinó”, explica en un artículo de prensa.
César Alcalá  cuenta en su libro la cantidad de checas y barcos prisión de los republicanos tuvieron en España: “En Barcelona 45, en Madrid 224 y en la Comunidad Valenciana 55. Esto por lo que se refiere a checas. Si nos centramos en los Barco-Prisión, una veintena de barcos hicieron ésta función de tortura carcelaria y estaban repartidos entre los puertos de Barcelona, Tarragona, Castellón, Valencia, Alicante, Bilbao, Santander e Islas Baleares”.
El escritor responde en la entrevista a distintas interrogantes:
– ¿Hay aportaciones nuevas en su libro?
– Bajo mi punto de vista hay dos aportaciones fundamentales en el libro. La primera es que todo el hilo argumental está marcado por los testimonios de las personas que sobrevivieron a las checas. Sin este apoyo histórico tal vez alguien podría insinuar que exageramos o mentimos. La segunda es la inclusión de una checa que nunca antes había sido identificada. Se encontraba en Barcelona, en la Avenida del Tibidabo número 22, y fue conocida como la Torre del Terror.
– ¿Qué tipo de torturas se infligía a los detenidos?
– Las checas fueron, si utilizamos la terminología nazi, auténticos campos de concentración. Hubo hornos crematorios, se torturó, se pasó hambre y se asesinó. La represión fue contra todos los que no estaban al lado de los postulados de la República, y estuvo perfectamente planificada, con la ayuda de la Unión Soviética, y con la voluntad de instaurar un estado comunista en España.
– ¿Porqué hubo checas en Madrid, Barcelona y Valencia?
– Al iniciarse la guerra civil el gobierno de la República estaba en Madrid, luego se trasladó a Valencia y posteriormente a Barcelona. En cada una de las ciudades donde se instauró el Gobierno se crearon checas. Esta es a razón. Si exceptuamos los Barcos-Prisión, fuera de estos sitios no existieron. Hay una clara relación entre el movimiento del gobierno republicano y la instauración de las checas. Por ejemplo, el ministro de gobernación, Ángel Galarza, lo primero que hizo al llegar a Valencia fue trasladar las que ya tenía en Madrid allí. Era, por así decirlo, la manera de actuar contra los mal llamados “sublevados”.
Ir a la entrevista a César Alcalá










Yo no voy a defender al franquismo, pero me parece muy acertado el artículo, acá hubo víctimas de ambos lados y debemos recordar que la persecusión republicana a quienes no pensaban como ellos, comenzó muchos antes de la guerra civil. Así que a no confundir a la gente. Si fueron imperdonables los crímenes del dictador Franco, también lo fueron los del bando republicano y eso la Plataforma por la Comisión de la Verdad, debería decirlo públicamente y no contar los crímenes de un solo lado.
Comments are closed.