Las cosas por su nombre

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Las declaraciones de la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, pueden dejar a muchos estupefactos. La política socialista ha denunciado que el “bloqueo democrático” que el PP practica en el Parlamento hacia todas las iniciativas de la oposición para que se investigue el caso Bárcenas hace crecer las sospechas entre la ciudadanía.
Uno se pregunta si con esa insistencia también pide que se aclare la trama de los ERE de Andalucía que involucra a su partido. Tal vez piensa que con la renuncia de Griñán todo se soluciona, pero no es así; la renuncia del presidente de la Junta de Andalucía, no hace más que demostrar que algo malo hay en el caso.
Otro hecho del que se guarda silencio es el “caso Marea”, en Asturias, donde ya hay procesados por la Justicia entre los que se cuentan el ex consejero de Educación y la ex directora general del gobierno socialista de Vicente Álvarez Areces y todavía hay más imputados y las actuaciones continúan.
¿Estos hechos para Valenciano no hacen crecer las sospechas entre la ciudadanía? Parecería que no.
Sobre el caso EREs de Andalucía, la vicesecretaria general habló de temas colaterales sin entrar en la gravedad de la trama que mancha a su partido y se refirió al relevo que se va a producir en la Presidencia de la Junta de Andalucía, como si se tratara de un cambio por motivos normales y no por una presunta trama de corrupción.
Valenciano ha destacado su “buena relación” con Susana Díaz. “Hemos trabajado mucho juntas” -ha señalado- “para dar estabilidad al PSOE en Andalucía y en España y poder construir nuestra alternativa a este gobierno nefasto del PP”. En este sentido, ha mostrado su “orgullo” porque por primera vez sea una mujer la que ocupe el cargo de Presidenta de Andalucía: “Llevo muchos años peleando para que las mujeres ocupen un espacio central en la política española y en la toma de decisiones”. Sobre las razones de la renuncia de Griñán poco y nada; de los ERE no se habla.
Sobre estos casos, Bárcenas, EREs de Andalucía y Marea en Asturias está actuando la Justicia y se la debería dejar actuar sin presiones hasta el fallo final. Pero parecería que los pecados propios se intentan tapar con los ajenos.