Sacudiendo conciencias

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Los jóvenes por la lucha de "no más zoológicos", encerrados frente al domicilio de la Intendenta (alcaldesa) de Montevideo
Los jóvenes por la lucha de “no más zoológicos”, encerrados frente al domicilio de la Intendenta (alcaldesa) de Montevideo
Por estos días se han dado las jornadas más frías en Uruguay; menos de cuatro grados bajo el cero, lo que ha obligado a la gente a enfundarse en apretados abrigos como para sobrellevar esa intensa ola polar a la cual por estas latitudes, aun en los inviernos más crudos, no estamos habituados.
A pesar de ello la zona del Boulevard Artigas esquina Caribe, frente a los edificios del Comando del Ejército Nacional y muy cerquita de la puerta de entrada del edificio con el número 2446, donde en el primer piso vive la Intendenta (en algunas ciudades alcaldesa), de Montevideo, la profesora Ana OLIVERA, se vio algo convulsionada por la instalación junto a un contenedor de basura de improvisadas jaulas, y junto a ellas, extensas pancartas multicolores realizadas por un grupo de activistas en pro del bienestar animal.
Pensamos en un principio que en dichas jaulas serían exhibidos algunos animales o muñecos representando a los mismos, o simplemente que las dejarían vacías como para expresar que así deberían estar todas las jaulas de los zoológicos del mundo, pero no, no poca fue la sorpresa cuando pudimos apreciar que dichos habitáculos estaban destinados a albergar durante doce horas a un grupo de jóvenes que se auto encerrarían para reforzar la consigna de una de las pancartas mencionadas: NOSOTROS DOCE HORAS, ELLOS TODA LA VIDA. ¿TE DIVIERTE MI ENCIERRO?
La tarde fue pasando y de la mano de cada chubasco, de cada ráfaga del gélido viento proveniente de la Antártida golpeando persistentes mí ventana, llegaban hasta el cálido ambiente de la sala, hasta la taza de café humeante y mis manos cálidas, la imagen de aquellos chicos cuyas edades van de entre 16 a 30 años de edad, acurrucados, ateridos, casi solos, pero sin perder su alegría, reivindicando con esa actitud su encomiable rebeldía y desde una trinchera forjada por su visión de jóvenes de este siglo, gritándole a quienes desearan escuchar y a quienes no también, que el mundo tal cual lo conocemos puede ser distinto, que aún hoy tenemos caminos a recorrer para hacer de nuestro planeta un mejor hogar para todos.
Me acerqué a ellos y en breve entrevista supe que allí habían chicos y chicas de diferentes colectivos tales como AUPLA (Amigos Unidos Por Los Animales), grupo que trabaja tanto a nivel Nacional como Internacional, interconectándose mediante los medios tecnológicos actuales y apoyando luchas en pro de la defensa de los animales en otras latitudes, tal cual ocurre con la lucha por la abolición de la detestable práctica de las corridas de toros tanto en México como en España; FUERZA NUEVA, grupo anti especista que lucha en el ámbito nacional, además de activistas independientes que se arrimaron para aportar.
El eslogan: "¿Mi encierrro te divierte? No más zoo"
El eslogan: “¿Mi encierrro te divierte? No más zoo”

Al momento de la nota realizada a un joven amable y bien educado, quien me expresó que no deseaba dar su nombre porque lo importante no eran las personas sino la causa que se promovía, me enteré que durante el día habían ido y venido gran cantidad de voluntarios y que en ese momento había unas quince personas dispuestas a completar las doce horas de prisión animal-humano, agregando que durante toda la jornada los automóviles paraban, los saludaban, les hacían saber de su solidaridad; que algunos vecinos les hicieron llegar alguna comida y bebidas calientes como para mitigar el frío y que en esas idas y venidas se acercó, como no podía ser de otra manera, seguramente siguiendo órdenes superiores (recordemos que las jaulas estaban instaladas frente a la residencia de la Jefa Comunal), un grupo de inspectores de la Inspección General de la Intendencia Municipal de Montevideo intimando a los organizadores a apagar los aparatos de música ya que molestaban a los vecinos, dejándoles el boleto de Orden de Servicio número 267022, a cuyo pie pudimos leer una importante intimación para el caso que no acataran. Los inspectores fueron tratados con gran amabilidad, obedeciendo de inmediato e inclusive, ofreciéndoles galletas y café, ya que ambas partes estaban sufriendo del mismo frío, aunque diferentes cometidos.
¿Que buscan estos colectivos con estas innovadoras formas de llevar adelante una protesta de presencia y voz, representando a los que por ser distintos en tamaño, color, piel, pelaje costumbres, procedencia, forma de comunicarse o adn, carecen de presencia y voz; de presencia porque están sometidos al cautiverio más alienante y voz… Porque los vecinos de Villa Dolores (seguramente no es casualidad el nombre), lugar donde está emplazado el zoológico que se pretende clausurar, ya se han acostumbrado a los lamentos de esos pobres animales enjaulados que desde hace décadas lanzan sus voces al viento sin que nadie repare en ello y cuando ya no se les escucha no es porque se hayan resignado o los hayan confortado, sino porque seguramente quedaron afónicos o en silencio le piden a sus dioses (¿Hay dioses para los animales?), que los lleven junto a ellos dándoles su libertad y con ella la dignidad perdida.
El mundo cambia, es dinámico y variable, por ello debo recordar un viejo principio filosófico que reza que el cerebro no es un cuenco para llenar sino que es una lámpara para encender, y es de tal manera que debo creer que estos jóvenes desde su sana rebeldía, desde su sitial de pacifistas y amantes de los animales, nos están guiando con su luz por esa senda por la cual tantas veces caminamos, pero que la hojarasca de la mediocridad, de la hipocresía y el egoísmo no permite que la veamos y menos aún que disfrutemos el paisaje que implica vivir.