
Los directores y representantes de las Policías de estos países han reiterado su objetivo de mejorar la cooperación policial para lograr un espacio iberoamericano más seguro y aunar esfuerzos contra el crimen organizado transnacional, el terrorismo, el narcotráfico, el tráfico de seres humanos o las nuevas formas de ciberdelincuencia. Una de las vías para alcanzar esta unión de fuerzas contra el crimen es la formación conjunta de los agentes. Otro aspecto clave es la utilización de las nuevas tecnologías para crear puntos de intercambio de información sobre fenómenos delictivos, que permitan compartir información, hacer consultas o intercambiar datos de operaciones.
Este primer curso de la Escuela Iberoamericana de Policía ha sido organizado por la Dirección General de la Policía española bajo el título “Hacia un espacio iberoamericano de seguridad”, ocho meses después de su creación en la Reunión Iberoamericana de directores de Policía celebrada en Cádiz en octubre de 2012, consecuencia de la denominada Declaración de Valencia.
Durante estos tres días, los asistentes han abordado la cooperación policial frente al terrorismo, el crimen organizado y el narcotráfico, han debatido sobre el fenómeno de la violencia en las nuevas generaciones iberoamericanas y el surgimiento de las maras, o la necesidad de colaboración entre el sector público y privado en el ámbito de la seguridad. Una actividad formativa a la que han acudido altos mandos y representantes de los cuerpos policiales de Andorra, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, República Dominicana, Uruguay, Venezuela y España.









