
El Obispo de Roma explicó que los Apóstoles no tenían miedo de nada ni de nadie para anunciar a Jesús, porque su fuerza es la experiencia muy fuerte y personal de Cristo muerto y resucitado:“Es claro que solamente la presencia del Señor Resucitado y la acción del Espíritu Santo con ellos pueden explicar este hecho. Su fe se basaba en una experiencia tan fuerte y personal de Jesús muerto y resucitado, que no tenían miedo de nada y de ninguno, es más, veían las persecuciones como un motivo de honor, que les permitía seguir las huellas de Jesús y de parecerse a Él, testimoniándolo con la vida”.
Esto dijo Francisco, vale para la Iglesia de todos los tiempos, también para nosotros: “cuando una persona conoce verdaderamente Jesucristo y cree en Él, experimenta su presencia en la vida y la fuerza de la Resurrección, y no puede no comunicar esta experiencia. Y si encuentra incomprensiones o adversidades, se comporta como Jesús en su Pasión: responde con el amor y la fuerza de la vida”, para terminar invitando a pedir a la Virgen que la Iglesia en todo el mundo anuncie con franqueza y coraje la Resurrección del Señor y dé un válido testimonio con signos de amor fraterno. Pidió en particular para que los cristianos que sufren persecución sientan la presencia viva y confortante de Jesús Resucitado.
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