Mariano Rajoy ha iniciado su intervención en el Debate sobre el Estado de la Nación recordando la cifra de 5.965.400 parados para “reafirmar el primer y más esencial objetivo que el Gobierno tiene para toda la legislatura: darle la vuelta a esta situación”.
El presidente ha reconocido que en este año el Ejecutivo ha tomado decisiones importantes que han permitido que se perciban sensibles mejoras. De hecho, ha adelantado que “el déficit público del pasado año 2012 ha estado por debajo del 7% del PIB. Hemos conseguido reducir el llamado déficit estructural primario en tres puntos y medio del PIB, que es un ajuste sin precedentes en la historia de nuestra economía”.
No obstante, para el presidente esto “no es suficiente”. Según ha asegurado, “la realidad económica y social de nuestro país es terriblemente dura y, sobre esa base, hemos de cimentar nuestras actuaciones”.
Por esa razón ha rechazado que se pueda plantear ningún tipo de relajación aduciendo que el proceso está en marcha. Considera que lo que se precisa es “tensión permanente y esfuerzo continuo, porque esto no ha hecho más que empezar y el camino que nos queda para alcanzar el gran objetivo de esta legislatura, la creación de empleo, es todavía largo y difícil”.
Lucha contra la corrupción
El presidente del Gobierno ha dedicado una parte de su discurso a hablar de la corrupción política y a anunciar medidas para luchar contra ella. En su opinión, “toda corrupción es insoportable. Es corrosiva para el espíritu cívico, lesiona la democracia y desacredita a España. Cualquier corrupción”.
Por eso ha propuesto a todos los grupos “un amplio acuerdo en esta materia, que ayude a devolver la confianza de los ciudadanos en sus representantes”. Un acuerdo “desde la lealtad institucional, la autoexigencia y la responsabilidad colectiva”.
Se ha comprometido a que todas las propuestas serán analizadas y debatidas. A los grupos les ha recordado su intención de que los criterios de la Ley de Transparencia se apliquen también a partidos políticos, organizaciones sindicales y empresariales y a todas las entidades que se financien a través de fondos públicos.
Además, ha anunciado la presentación de un proyecto de Ley Orgánica de control de la actividad económica de los partidos, que establecerá unos criterios para la aprobación de sus cuentas, establecerá sus procedimientos de contratación y fijará normas “sobre el papel que pueden ejercer los responsables de la gestión económica de los partidos políticos”.
Rajoy también ha adelantado la presentación de una Ley Orgánica reguladora del ejercicio de las funciones políticas, “un verdadero estatuto del cargo público en el que deberán quedar tasadas las escalas de retribución, los sistemas de protección social o los casos en los que puede haber derecho a compensación tras el cese”. Una norma, ha dicho, que transmita seguridad y certeza a los ciudadanos y a los políticos.
A ello hay que añadir la propuesta de establecer unos criterios uniformes para la presentación pública de la información patrimonial de los políticos y una reforma de los reglamentos de las cámaras que, entre otras cosas, regule la actuación de los “lobbies”.
Europa
En el transcurso del debate el presidente del Gobierno también ha informado sobre los resultados de la última cumbre europea de los pasados 7 y 8 de febrero. Rajoy ha resumido lo logrado señalando que “hace un año existía un debate abierto entre los partidarios de las políticas de consolidación fiscal y los de las políticas de crecimiento. Hoy todos los gobiernos comparten las convicción de que ambas políticas son perfectamente compatibles”.
Según ha detallado el presidente, España ha obtenido un incremento de los fondos de cohesión de 3.724 millones de euros, ha consiguido 900 millones de euros para impulsar el empleo juvenil, mantiene su dotación en Política Agraria Común para los próximos siete años y obtiene una mejora en recursos propios “en virtud de la cual la hacienda pública española aportará una menor contribución al presupuesto comunitario”.
El presidente ha defendido que “los españoles hemos demostrado que merecemos que se nos ayude, no que se nos dirija. Hemos demostrado que merecemos confianza, que somos de fiar, que nuestra palabra vale como un contrato, que pagamos nuestras deudas y cumplimos nuestros compromisos”.
El presidente ha admitido que, pese a todo, “estamos todavía en la fase previa a la recuperación económica”, pero que el rumbo está marcado: “Me propongo mantener una línea de actuación inalterable”, añadiendo que “ni la improvisación, ni los bandazos, ni la imprudencia, ni la impaciencia figuran en mi programa”. Por eso, ha asegurado, “no dejaremos de hacer nada de lo que sea necesario, ni abandonaremos el esfuerzo antes de que España esté recuperada. Se nos podrán reprochar muchas cosas, pero nunca la cobardía de no cumplir con nuestro deber por temor a los riesgos o a la impopularidad”.
Unidad del Estado
El presidente del Gobierno ha hecho referencia también a un tema “tan importante para España como es su unidad, su organización territorial y estabilidad política”, recordando que la Constitución permite defender cualquier posición sobre el modelo de Estado, pero siempre “dentro del marco de la legalidad”.
Rajoy ha asegurado que el Gobierno está “permanentemente abierto al diálogo con las comunidades autónomas”, pero ha insistido en que hay que comenzar “por respetar la Constitución y la Ley y luego hablaremos de lo que haga falta”.
Además, ha recordado que la Constitución española está abierta a su reforma. A este respecto ha puntualizado que antes de plantear cualquier reforma, “hay que tener muy claro qué se pretende reformar, si el momento es el más oportuno para hacerlo y si existe o no suficiente grado de consenso social y político para ello”.
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