El congreso fundacional de la formación proetarra Sortu, que ha concluido este sábado en Pamplona, no muestra nada nuevo bajo el sol, tan solo la demostración que de Sortu no se pueden esperar cambios sustanciales o un arrepentimiento genuino por los crímenes perpetrados por ETA.
Lejos de pensar en la paz que quieren los sensatos, algunos agitan la confrontación, mientras dicen hablar de pacificación. Todo podría titularse como la novela de John Kennedy Toole, “La conjura de los necios”.
Pernando Barrena portavoz de la ultra radical formación vasca, ha cerrado el congreso con un discurso previsible, si se quiere, donde los criminales siempre son los otros y no la banda terrorista a la que tampoco le ha pedido su disolución.
Barrena se ha referido a la violencia que en las últimas décadas ha vivido el País Vasco y ha lamentado que los gobiernos de España y Francia “siguen con la violencia por bandera, aplicando una violencia criminal”, pese a que “hace más de un año ETA dio por finalizada su actividad armada”, en realidad tendría que haber dicho que “ETA hace más de un año que dejó de matar”, esa sería la exacta expresión.
Por sus palabras es lógico pensar que el portavoz trata de justificar que porque ahora ETA dejó de asesinar, se deben perdonar sus aberrantes crímenes y estos deben quedar sin castigo ¿o acaso ETA no aplicó la “violencia criminal”?
Otra de las portavoces, Amaia Izko, se refirió a los Estados por “El esfuerzo que han hecho para desmovilizar a la sociedad, vaciar la calle y meternos en nuestras casas ha sido enorme, para que aceptemos con normalidad que nos quiten los logros que tanto nos ha costado conquistar” y sin ruborizarse agregó: “mientras han mantenido a la sociedad en una hipnosis colectiva, han estado robando a manos llenas”.
Amaia Izko se confunde cuando dice que los Estados “han estado robando a manos llenas”, y aquí viene a colación el viejo refrán “el muerto se asusta del degollado”; ¿acaso ETA no robó, asesinó e implantó el “impuesto revolucionario”?
Como dato relevante cabe destacar que la formación heredera de Batasuna ha estrenado legalización eligiendo como secretario general a Arnaldo Otegi, que continúa ingresado en la cárcel de Logroño. Toda una demostración de intenciones.












