Las señales del fin del mundo

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El fin del mundo se ha anunciado para diferentes fechas a través de los años y según algunos trasnochados visionarios llegaría en forma de cataclismo nuclear; para otros por el clima desatado por la furia de la naturaleza que no perdonaría los estragos que el hombre provoca en el medio ambiente, o por el impacto de un gigantesco meteorito que chocaría contra el planeta. Nada de eso ha ocurrido y ni siquiera se ha cumplido la profecía maya del 2012.
También están los que creen en la vida extraterrestre y vaticinan que los alienígenas cansados de ver cómo nos peleamos entre nosotros y de comprobar como contaminamos el universo con nuestras vetustas naves espaciales, nos declararán la guerra, nos invadirán y finalmente nos destruirán.
Hubo quienes aseguraron que las señales del fin del mundo se hicieron visibles muy poco tiempo atrás con la inexplicable mortandad de peces en distintos mares del mundo, o en la espeluznante caída de miles de aves en varios sitios del planeta.
Pero las verdaderas señales del fin de los tiempos ya han aparecido, son perfectamente visibles y pocos parecen darse cuenta. Son los signos de la falta de humanidad, un mal que se expande vertiginosamente en forma masiva entre los habitantes del planeta, en lo que ya es una locura generalizada donde algo siniestro que se instala en el cerebro, parece destruir el pensamiento de generosidad y las ya delgadas líneas de la cordura, desaparecen para dar cabida a lo más oscuro del ser humano.
Solo así se puede entender que miles de personas clamen a favor de la muerte en Bilbao, pidiendo por los presos de ETA, bajo el lema “Derechos humanos, resolución, paz. Presos vascos a Euskal Herria”.
ETA, la banda terrorista que ha pisoteado los derechos humanos, tiene hoy a sus adoradores que salen a las calles a pedir la libertad de unos crueles asesinos que no vacilaron en matar niños. Señal evidente del fin del mundo; piden por los asesinos de los niños, pero de estos inocentes ni hablan. Prueba muy clara de que algo no funciona bien en el cerebro de varios seres humanos que creen que los etarras son héroes y no lo que realmente son.
También están los presidentes de algunos países que llegan al poder por el voto de la gente y se creen iluminados y propician cualquier atropello, persiguen y encarcelan a quienes no están de acuerdo con sus ideas; cierran autoritariamente medios de prensa que osan decir la verdad; expropian sin explicaciones, se enriquecen ilícitamente mientras el pueblo pasa hambre e inexplicablemente, estos, los vuelven a votar. El deterioro mental ya es preocupante, pero es otra señal del fin del mundo.
Resulta que hoy los malos son los héroes y los buenos no consiguen admiradores. Si alguien destruye una sociedad, pero integra el grupo de los malos, miles saldrán a justificarlo y alabarlo y si un bueno-que ya quedan pocos-hace algo bien, comenzarán a criticarle en forma salvaje.
Amigo lector; ¿Usted pensaba que yo estoy escribiendo con cierta cordura? Noooo, para nada. Todo está bien en el mundo. Lo que he dicho es solo producto de mi fértil imaginación que cuando no estoy medicada desvaría.
Escribo siempre de noche mientras espero a la enfermera del psiquiátrico donde estoy ingresada, pues debe darme la pastilla sedante que me permite dormir en paz y no tener estas pesadillas que nada tienen que ver con el mundo real. (En este momento he recuperado momentáneamente mi lucidez y me doy cuenta que lo que dije líneas arriba no está ocurriendo en el planeta Tierra).
Escucho pasos en el corredor, ya siento que vienen por mí.
Una iguana azul, sentada a mi lado, me mira con lágrimas en los ojos y se ofrece a acompañarme hasta el dormitorio y contarme un cuento para que no me sienta tan sola.
La Loquita Geroncia

1 Comentario

  1. Si la Loquita Geroncia está loca, yo también lo estoy, porque pienso igual y no tomo pastillas. ¡Impecable!

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