El FMI entiende que el sistema de salud pública sigue siendo excesivamente fragmentado a través de los diversos subsistemas de salud para funcionarios (ADSE), las fuerzas armadas, la policía, específicamente las empresas estatales y varios otros grupos. Tener diferentes subsistemas para producir una sola salida (estado de salud de la población) necesariamente crea ineficiencias, aun cuando diferentes grupos de la población tienen necesidades diferentes.
El informe subraya que, por ejemplo, mientras que las fuerzas armadas tienen distintas necesidades de servicios médicos y facilidades, las fuerzas armadas y comisarías también ofrecen servicios que no son diferentes de los servicios que se prestan a la población en general (por ejemplo, los exámenes de rutina y servicios para miembros de la familia). Tiempo apertura de las instalaciones de los subsistemas a la población en general (por ejemplo, proporcionando servicios para el SNS) es una opción, y más ganancias podrían ser cosechadas de totalmente integración de los diferentes subsistemas de salud en el SNS.
El ente financiero entiende que algunas profesiones como la de los policías, militares, profesores, médicos y jueces, tienen muchos privilegios o sueldos demasiado elevados y pone como ejemplo el caso de los médicos, debido al pago de las horas extraordinarias. Ante ello el FMI recomienda que los sueldos correspondan al desempeño y no a la antigüedad.
El FMI aconseja una reducción de hasta un 20% del número de empleados públicos en distintas áreas como la educación, la seguridad y la administración pública para obtener un ahorro de hasta unos 2.700 millones de euros.
Otra sugerencia es que se prohíban todas las jubilaciones antes de los 65 años, y recomienda una alteración en el cálculo de las jubilaciones en función de las condiciones presupuestarias.
El gobierno de Pedro Passos Coelho tiene que presentar en febrero su sexto examen periódico con una propuesta para reformar el Estado social con un recorte permanente de casi 4.000 millones de euros.
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