Son extremistas; su único objetivo es una escuela solo en catalán donde el castellano no tenga cabida.
Son totalitarios; no aceptan que los padres puedan decidir y quieran para sus hijos una educación donde predomine el castellano. Pretenden imponer una dictadura en la educación al mejor estilo estalinista.
CiU y ERC no entienden razones porque en medio de la crisis económica que vive toda Europa, ellos solo piensan en la independencia y ni hablar de “poner el hombre” para ayudar a salir de la grave situación.
Un personaje menor de la política catalana, Joan Tarda, de Esquerra Republicana, enemigo declarado del castellano creyó ser ingenioso y desplegó un pequeño cartel en el Congreso ‘Keep calm and speak catalan’ (Mantén la calma y habla catalán) un anuncio diseñado por el gobierno británico en 1939 con la idea de elevar la moral de la ciudadanía británica amenazada por la invasión de la Alemania nazi. Lo ridículo es que dos diputados, Joan Tardá y Teresa Jorquera, que deberían estar para otra cosa, hicieron el ridículo actuando de mudos “sostenedores de anuncios” mientras el portavoz de su partido, Alfred Bosch, exponía sus razones en el Congreso.
Por otro lado y en declaraciones a la prensa, el ex embajador de España en el Vaticano y ex alcalde de A Coruña, el socialista Francisco Vázquez, aumentó la polémica al comparar la política lingüística de la Generalitat de Cataluña con la practicada por los nazis con respecto a los judíos y señaló que “no hay ninguna diferencia entre un judío con estrella amarilla y un niño catalán castigado por hablar castellano en el patio de un colegio”.
Vázquez entiende como “inconcebible” que alguien sea castigado por hablar en su lengua materna y ha recordado la Constitución en donde se dispone que “todos los españoles tienen el derecho y el deber de usar y conocer la lengua española”.
El ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha ofrecido a CiU negociar la reforma educativa para poner en marcha una “nueva fórmula” para la enseñanza del catalán que no excluya el castellano y que cumpla la doctrina del Tribunal Constitucional.
Será difícil consensuar, el odio a la lengua española de los fundamentalistas, es enorme.
R.C.
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