De verdad, debe ser emocionante y a la vez novedoso eso de llegar al cumpleaños de una amiga en el avión presidencial, dispuesto exclusivamente para Florencia Kirchner y un custodia. No caben dudas, es una forma glamorosa de llegar a una fiesta y de impactar al resto de los invitados.
El hecho ocurrió hace unos años-el 9 de abril de 2010- pero recién ahora con algo de retraso el juez federal Daniel Rafecas archivó la causa en la que investigaba por presunta malversación de caudales públicos a los funcionarios del Gobierno que autorizaron que Florencia Kirchner, la hija de la Presidenta, utilizara un avión oficial para un viaje privado a Santa Cruz, según informó el diario La Nación.
En la fecha mencionada, el Tango 10 voló a Río Gallegos con dos pasajeros, Florencia Kirchner y su custodio. Según informaron entonces medios periodísticos, la joven viajó por el fin de semana para asistir al cumpleaños de una amiga. Sus padres estaban entonces en el exterior. El avión, un Learjet 60, la dejó en Santa Cruz y regresó a Buenos Aires, para volver a buscarla el lunes siguiente.
Según la sentencia del juez Rafecas que archivó la causa:”Efectuar el traslado aéreo de los familiares directos de la presidente de la Nación y/o de funcionarios del Poder Ejecutivo de la Nación, en una aeronave de la Fuerza Aérea Argentina, que es lo que ocurrió en este caso concreto, o de cualquier otro avión de la flota presidencial -afirmó Rafecas-, está dentro de las competencias propias de la Agrupación Aérea de la Casa Militar (…) por lo que no se evidencia que haya existido extralimitación legal alguna por parte de las autoridades del Poder Ejecutivo Nacional”, informó el periódico bonaerense.
Ahora bien; no fue un caso de viaje por actos oficiales del gobierno, tampoco un caso de enfermedad, la hija de la presidenta fue a una fiesta de cumpleaños.
Pero la pregunta surge sola: ¿Quién paga el combustible y las horas-hombre de los pilotos? ¿Esto también está dentro de las competencias propias de la Agrupación Aérea de la Casa Militar?.
Me imagino quienes terminan pagando los gastos del gobierno y usted querido lector también se lo imagina.
Sin palabras…
Opinión
