Broma de radio: unos estúpidos en busca de fama

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Mel Greig y Michael Christian, son los presentadores australianos de la emisora Sydney 2Day FM que se vanagloriaban de haberse burlado de una trabajadora de la salud del hospital King Edward VII de Londres, donde estos dos personajes llamaron haciéndose pasar por la reina Isabel II y el príncipe Carlos para conocer el estado de salud de Kate Middleton.
Es importante aclarar que el engaño fue definido por estos dos especímenes y la radio que los contrata como la “mayor travesura real de la historia”, sin darse cuenta que no se burlaron de la realeza británica, sino de una enfermera, que desarrollaba diariamente una profesión indudablemente más digna y respetable que la de estos dos estúpidos, que ya tenían antecedentes probados de excesos verbales con los oyentes por sus bromas y dichos de mal gusto.
Engañaron y humillaron públicamente a una mujer que difícilmente pudiera sacarse de encima la presión y el estigma de haber sido burlada en su buena fe y expuesta miserablemente para regocijo de estos dos ya tristemente célebres presentadores de un programa de radio.
Si la broma se la hubieran hechos a un miembro de la realeza británica eso sería una hazaña y no el deplorable abuso a una enfermera que creyó que hablaba con la reina Isabel II y el príncipe Carlos.
En la prensa se revela que el presidente del hospital Rey Eduardo VII, Simon Arthur Glenarthu, envió una carta a los dueños de la radio australiana donde aseguró que la enfermera fue “humillada” por la llamada de los dos locutores australianos y calificó su acción de “temeraria y extremadamente estúpida”.
La enfermera Jacinta Saldanha, que apareció luego muerta y que las autoridades presumen que haya sido un suicidio, era madre de dos niños.
Los efectos de la broma y las repercusiones mundiales de la misma, vaya uno a saber cómo actuaron en la mente de la pobre mujer que de un día para otro vio aparecer su nombre en todos los medios de la prensa internacional, como una tonta que se dejó burlar por dos “graciosos” presentadores australianos que lo único que midieron era el resultado de la broma que les catapultaba a una dudosa fama.
Hoy la emisora Sydney 2Day FM, les suspendió y les quitó del aire indefinidamente, pero lastimosamente lo hace para protegerles de los indignados ataques públicos que les acusan como culpables de la muerte de la enfermera y también por la huída masiva de anunciantes que se fueron rápidamente para no quedar ligados a la absurda broma.
Lo que menos puede entenderse es la defensa de los medios australianos que tratan de minimizar la deleznable acción de Mel Greig y Michael Christian. El Sun-Herald de Sydney, por ejemplo dice que la prensa británica lanza adjetivos injuriosos a dos locutores de radio y les hacen responsables de esta tragedia, entre otros conceptos.
No miden que lo que pasó no fue el resultado de un trabajo periodístico o de un reportaje serio, fue producto de una burla preparada con premeditación y alevosía, con el deseo único de aparecer como genios de la comunicación.
El presidente del grupo mediático australiano Southern Cross, dueño de la emisora, hizo una declaración pública donde dijo que “Lo ocurrido es imprevisible y lamentable”.
Lamentable si, por supuesto, pero de ninguna manera imprevisible. Mel Greig y Michael Christian sabían que se estaban burlando de una mujer que estaba allí, en el hospital, cumpliendo una función mucho más importante que la de estos presentadores; cada día de trabajo, la enfermera Jacinta Saldanha ayudaba a salvar vidas.
R.C.