Uruguay: La fe de los conversos

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Javier García
Se ha dicho mucha cosa sobre la creación de la Universidad Tecnológica en el interior. El presidente Mujica dijo que la oposición no estaba de acuerdo pero decidió votar.
Es mentira.
El presidente sabe que nadie en el Frente Amplio quería una Universidad en el interior. Que nunca tuvo respaldo porque la Universidad de la República que ejerce la tutoría ideológica del FA no se lo permitía porque eso rompía con el monopolio que la UdelaR detenta y le permite constituirse en un mastodonte conservador al que por falta de competencia pública todos están obligados a concurrir sin alternativa.
Desde los cómodos despachos burocráticos de 18 de Julio se maneja monopólicamente la enseñanza terciaria universitaria y además la cultura centralista del país. El Frente Amplio gobierna la UdelaR y desde allí proyectó a muchos de sus dirigentes que lo usaron como trampolín político. Rectores como Brovetto y varios decanos empezaban allí su carrera con miras a seguirla en el FA.
La mitad de los estudiantes universitarios son del interior. Desde mi época de estudiante de Medicina veía cómo mis compañeros del interior mientras yo me iba a mi casa, ellos se iban a una pensión a comer una vianda que venía en la bodega de un ómnibus. Sus familias a cientos de quilómetros y todo sus “quereres” lejos. El desarraigo no se mide en plata, se sufre. Ingresaban a una Universidad pública que dice que es gratuita. Falso. Los estudiantes del interior pagan por estudiar en Montevideo: alojamiento, comida, transporte. Y muchos no soportan y quedan por el camino.
Desde la época de militancia universitaria, con la CGU, peleábamos por la descentralización universitaria, primero por la Regional Norte en Salto, a la cual la oficialidad de izquierda universitaria se negó hasta no poder evitarlo. Más tarde ya como legisladores presentamos junto a todo el Partido Nacional en 2007 y reiteramos en 2010, un proyecto para crear una segunda Universidad pública con sede en el interior. El FA la “cajoneó”. La UdelaR criticó la idea duramente en sus organismos. Claro, rompía el monopolio, le quitaba poder y además, lo más importante, le generaba una competencia que la iba a exigir académicamente. Ganaba el estudiante que adentro del ámbito público podría elegir y tener alternativas. El tema no es solo el modelo de gestión sino el monopolio, porque cualquier forma de administración si es en régimen monopólico tiene resultados deficientes. Nadie puede exigir cuando no hay alternativas. El monopolio es enemigo de la calidad.
En marzo de 2010 en ocasión de una reunión del Presidente con la UdelaR en la Junta Departamental de Tacuarembó, hablé con él sobre el proyecto del Partido Nacional para una Universidad en el interior. Él sabe lo que me dijo. Y sabe que es mentira que la oposición no la quería. Se lo impedía el FA y la Universidad. Decir lo contrario es no decir la verdad.
Tan a pesar del FA es que ni en el anterior período ni en este con mayorías absolutas mandaron ningún proyecto para crear una universidad en el interior, los únicos presentados son de la oposición.
Bienvenido el cambio de posición del FA. Este ha sido un gran paso para una mayor justicia en el acceso a la educación. La negativa histórica de la izquierda para que hubiera una Universidad en el interior cayó y con ello la hegemonía política de la UdelaR.
Enhorabuena la conversión, pero no la mentira.
El País Digital