Si los uruguayos recibieran dinero del Estado para costear la educación de sus hijos en cualquier institución educativa, el 52,7% preferiría enviarlos a una pública. Sin embargo, los que elegirían una privada son más de los que en los hechos logran acceder a ella. En el interior del país la elección por la pública asciende a 62%, según el informe “Los Uruguayos y la Educación”, realizado por Opción Consultores a pedido de la Asociación Uruguaya de Educación Católica (Audec) que publica esta información en su web.
Otros factores, como la educación recibida o la orientación política, también tienen su influencia en la respuesta. La educación estatal es preferida por los padres de nivel educativo bajo y la privada por los de nivel alto. Entre los votantes del Frente Amplio la mayoría elegiría la pública, mientras que las respuestas de la oposición se dividen en porcentajes prácticamente iguales. A su vez, casi el 80% de quienes envían a sus hijos a escuelas o liceos privados prefieren este tipo de instituciones.
Entre las virtudes de la educación pública, las más mencionadas son su carácter “democrático e inclusivo” y su “accesibilidad económica”, y los defectos más percibidos son el “ausentismo docente”, la “falta de disciplina” y el “tamaño de los grupos”. En la privada, las principales virtudes remarcadas son la “disciplina” y la “atención personalizada”, mientras que el ser “poco inclusiva” e “inaccesible económicamente” fueron sus defectos más destacados.
Al momento de la encuesta, más del 80% de los estudiantes concurría a centros educativos públicos, lo que se acentuaba en el interior del país. Entre las familias de nivel socioeconómico bajo ese porcentaje rondaba el 90% y en las de nivel alto era del 57%.
La encuesta reveló que el 37% de los uruguayos no estaría dispuesto a pagar por la educación de sus hijos, aunque encontrara “una institución educativa de excelencia”. El 8% afirmó que pagaría por ello más de $ 7.000.
Dejando de lado la hipótesis en la que el Estado transfiere a las personas el dinero necesario para gasto de educación, la elección por las instituciones públicas asciende a 60%. En este escenario, dos de las tres instituciones educativas preferidas en Montevideo son católicas. Al considerar las razones por las cuales se decidió enviar a los hijos a determinado centro de enseñanza, más de la mitad mencionó la cercanía del hogar como primer motivo.
A su vez, el 60% de los uruguayos considera que hay desigualdad de oportunidades educativas, porque las personas de menores recursos “no tiene garantizado el derecho a elegir la educación para sus hijos” de acuerdo a sus convicciones y la calidad de desean.
Aunque la mayoría de la población declara preferir la educación pública, al pensar en las políticas de educación no formal, la mayoría considera que la mejor opción es la participación público-privada, donde el Estado y las organizaciones no gubernamentales (ONG) suman esfuerzos.
Altos niveles de satisfacción
El 82,4% de las personas se declaran “satisfechas” o “muy satisfechas” con la educación que actualmente reciben sus hijos, mientras que los “insatisfechos” y “muy insatisfechos” suman 3,2%. Los niveles de satisfacción son un poco más altos en primaria que en secundaria. También son mayores entre quienes envían a sus hijos a instituciones privadas (94% contra 80%), y en el interior. Si bien el grado de conformidad es muy similar en todos los niveles socioeconómicos, es algo mayor en el nivel bajo.
La razón de insatisfacción más mencionada es el “ausentismo docente”, lo que se acentúa significativamente en secundaria. Esta crítica se da exclusivamente a nivel público. Luego le siguen otros motivos, como la “despersonalización de la atención”, la “infraestructura” y la “formación académica”.
En cuanto a la educación en valores impartida por las instituciones públicas, la mayoría de la sociedad la considera “insuficiente”. Esta opinión es más fuerte entre los padres de nivel socioeconómico alto, los que tienen hijos en secundaria, y los de Montevideo.
Al pensar qué características debería tener un centro educativo “ideal”, la mayoría menciona en primer lugar una buena “formación académica”. La segunda más mencionada es la “seguridad”. Al segmentar las respuestas por nivel socioeconómico, la formación es más valorada en el nivel alto, mientras que la seguridad lo es en el nivel bajo. La actividad extracurricular más apreciada es la enseñanza de idiomas, seguida por la formación en valores, los deportes y la informática.
En cuanto a los valores que deberían impartirse en los centros educativos, casi el 58% menciona el respeto como el principal. En segundo lugar sigue la solidaridad, con 9% de las menciones. Mientras el primero es más valorado en el nivel socioeconómico bajo, el segundo lo es en el alto.
Mejora del gasto público
Teniendo en cuenta el incremento presupuestal que el gobierno había realizado en educación al momento de la encuesta, el 15% de la población percibía mejoras en la enseñanza pública. El 60% veía avances, pero insuficientes, y casi el 25% no notaba mejorías de ningún tipo. Estas opiniones fueron más pesimistas en Montevideo y entre las personas de nivel socioeconómico alto. Mientras el 19% de los votantes del Frente Amplio no encontraba avances, en la oposición la cifra ascendía a 32%.
El 30,5% de la población consideraba que se debía aumentar el presupuesto en educación, mientras que el 19% pensaba que sólo era necesario mejorar “cómo se gasta”. Casi el 50% entendía que ambas medidas eran necesarias y un 1% opinaba que ninguna lo era.









