
El artista surcoreano Jae-Sang Park, conocido como Psy, aparece hasta en la sopa moviendo los brazos como si fuera cabalgando y con ese simple acto ha conseguido imitadores que danzan al ritmo de la ya insoportable canción.
“Lo más simple, a veces, es lo que más impacta”, asegura mi vecina doña Eulogia, una venerable anciana de 87 años que es sorda y mira la TV sin sonido, pero que ha quedado impactada por los gráciles movimientos del gordito coreano. “Ese muchacho es jockey” me aseguró el otro día. Traté de explicarle a los gritos que era un cantante, pero fue inútil, no me escuchó.
Hasta el circunspecto secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, cayó en las redes del Gangnam Style e hizo un alto en su complicada agenda internacional para ensayar ese “complicado” paso coreográfico con Jae-Sang Park.
Lo más desgarrador es que el baile del caballo, para emplear un término del turf, vence por varios cuerpos de ventaja al mismísimo Justin Bieber. ¡Qué pena; esta noche no duermo!
¡Por favor! que Psy busque otro tema y le sugerimos que podría “inventar”, el baile del avestruz macho que esconde la cabeza en la tierra cuando está por hacer el nido. Así por lo menos no tendríamos que escucharle cantar.
También podría “inventar” el baile del batracio y saltar como una rana, o el baile del perrito donde podría girar y girar tratando de morderse la cola.
Le recomendaríamos el baile de la tortuga, pero es muy lento para su estilo.
Descartamos el baile del canguro, ya que Psy está demasiado gordito para saltar.
En definitiva, el baile del caballo me tiene demasiado cansado; no sé a usted.












