Por primera vez en la historia judicial de Brasil, un juez afrodescendiente asume como presidente del Supremo Tribunal Federal en un acto que ha contado con la presencia de la mandataria, Dilma Rousseff.
El Ministro Joaquim Barbosa de 58 años, dijo este jueves al asumir, que el concepto de justicia es inseparable de la igualdad de derechos.
El nuevo presidente del Tribunal, admitió que, “cuando se habla del derecho a la igualdad, es necesario tener la honestidad intelectual para admitir que existe un gran déficit de Justicia entre nosotros”. Según él, “no todos los brasileños son tratados con igual consideración, mirando al servicio público de justicia”.
“En lugar de dar la búsqueda de la restauración de sus derechos, la igualdad de trato y la consideración que se da a unos pocos, lo que ves, aquí y allí, no siempre, pero por supuesto, a veces sí-, es un tratamiento privilegiado, preferiblemente sin ningún fundamento racional”.
En su discurso no evitó las críticas y defendió una urgente mejora de la prestación jurisdiccional, especialmente en hacer efectivo el principio constitucional de duración razonable del proceso. “Si ese principio no se observa en todos los cuadrantes del poder judicial, pronto será un espantapájaros para ahuyentar a la inversión productiva que requiere la economía nacional”, advirtió.
Joaquim Barbosa había sido elegido ministro del máximo tribunal en 2003 por el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Y fue justamente Barbosa quien tuvo singular participación en el juicio conocido como “el mensalao” al ser instructor de la causa por corrupción montada por el gobernante Partido de los Trabajadores, que dictaminó la condena de los principales hombres de confianza de Lula da Silva.









