La comedia continúa, el argentino Juan Carlos López Mena, dice que ahora comprará los aviones que la compañía aérea española Cosmo, simuló “comprar” en la subasta y la pregunta surge sola: ¿hasta cuando se permitirá que continúe este juego de idas y venidas que termina desestabilizando la imagen del gobierno uruguayo al permitirle al dueño de BQB, que a cada rato cambie de criterio y diga que no quiere a los aviones, después que se asociará con los españoles de Cosmo para operar los mismos aviones que no quería comprar, y que al comprobarse la farsa de la empresa española -colocada exclusivamente para enredar la situación a favor de BQB- López Mena ofrece ahora comprarle el boleto de la subasta y quedarse con las aeronaves Bombardier que nunca dijo querer. Ni Maquiavelo lo hubiera imaginado.
Una tragicomedia que terminó siendo una historia de terror contra todo el pueblo uruguayo, donde se gestó una de las mayores burlas de la historia de la navegación aérea.
Hasta en el propio oficialismo se dieron cuenta del juego y el senador frenteamplista, Enriquer Rubio (Vertiente Artiguista), en declaraciones al diario El Observador, criticó el proyecto presentado por el dueño de la naviera Buquebus y la aerolínea BQB (López Mena) para quedarse con las frecuencias vacantes tras la caída de Pluna.
“La información que tengo es la información pública de lo que ha sucedido, pero da la impresión de que con esto nos quisieron empaquetar”, dijo el senador en diálogo con El Observador.
Rubio dijo que López Mena quiso “empaquetar” al gobierno con un “montaje”.
“Juega muy hábilmente a que un operador oferte a la suba y no a la baja para quedar con las manos libres y no tener ninguna condición, y luego de eso, entonces, plantea determinadas salidas. Incluso rebaja el planteo en el curso del tiempo. Entonces, esto lo coloca en una condición muy fuerte de negociación, que se convierte en inaceptable. Ahora: esto es la lógica de la negociación privada que se ve en el mundo. Determinados montajes son parte de esa lógica de negociación”, dijo Rubio.
Agregó que “Ha terminado así, pero yo no quiero quedar prisionero en todo caso, de una sola empresa que tenga el control de la conectividad fluvial y marítima y aérea del Uruguay”, dijo el líder de la Vertiente Artiguista”.
A las críticas también se sumó el ministro de Economía uruguayo, Fernando Lorenzo, quien admitió ante el Secretariado Político del Frente Amplio-el partido de gobierno- que si fuera por él, no aceptaría la propuesta del empresario argentino.
Los exempleados de Pluna, las víctimas de todo este enredo, que están negociando con seriedad con empresas reconocidas internacionalmente, acuerdos para recuperar la aerolínea uruguaya, rechazan de plano la compra de los aviones por parte de López Mena; las idas y venidas, los cambios, la sospechosa intervención de la empresa Cosmo, traída por López Mena y que ahora asegura que no tiene dinero para pagar los aviones que “compró” en la subasta, no les ofrecen ninguna garantía de futuro y por lo tanto es lógico que no acepten trabajar con el dueño de BQB.
Los extrabajadores de Pluna rechazan que López Mena compre los aviones. Sabrina Acevedo, dirigente del sindicato, dijo a EL PAÍS digital que “comenzamos un paro por tiempo indeterminado en el aeropuerto de Carrasco y de Laguna del Sauce. Decimos no al monopolio”.
Pese a que Pluna está liquidada hay 70 trabajadores que realizan tareas de mantenimiento en las aeronaves.
El sindicato se mantiene esperanzado que el Poder Ejecutivo revea su posición.
De prosperar el acuerdo con López Mena, el empresario argentino obtendría el monopolio del transporte aéreo y marítimo ya que es propietario de la naviera Buquebus que hace el traslado por agua entre Uruguay y Argentina.













