En la prensa puede leerse que “La rama yemení de la red terrorista Al Qaeda ha pedido este sábado a los manifestantes contra el film antiislámico ‘La Inocencia de los Musulmanes’ que maten a diplomáticos estadounidenses, en línea con lo sucedido en el transcurso de las “naturales”, según entiende el grupo, protestas en la ciudad libia de Benghazi que se cobraron la vida del embajador Christopher Stevens esta semana” y deben agregarse de tres ciudadanos norteamericanos, junto a otras víctimas de estos ataques en otros países musulmanes.
Aquí estamos hablando de gente que muere atacada por islamistas que protestan contra una película de muy bajo nivel, hecha exclusivamente con la intención de generar violencia, eso queda claro a simple vista. Es un filme que en su discurso genera el odio e insulta a una religión.
En una inexplicable interpretación de la libertad de expresión, Google y Youtube, se niegan a retirar el vídeo en la red, mientras la violencia crece en forma desmedida en los países musulmanes y sigue muriendo gente, porque estas dos empresas, se niegan la retirarla de la web.
Aquí la libertad de expresión está mal interpretada; si una religión es degradada e insultada, las propias normas de Youtube lo dicen: “Fomentamos la libertad de expresión y defendemos el derecho de todo el mundo a expresar puntos de vista impopulares. Pero no toleramos discursos que fomenten el odio (discursos que ataquen o degraden a un grupo por su raza u origen étnico, religión, discapacidad, sexo, edad, condición militar o identidad u orientación sexual)”.
Y esta película hace justamente eso, fomentar el odio atacando y degradando una religión, ¿qué más necesitan para entenderlo los propios creadores de esa norma? (ver normas de Youtube)
“Gestionar contenidos polémicos es uno de los desafíos más grandes que afrontamos”, decía este sábado un portavoz anónimo de Google en las páginas del ‘Washington Post’.
“Nos acercamos a YouTube para atraer su atención sobre el vídeo y les pedimos que revisaran si violaba los términos de uso de la web”, reconocía uno de los portavoces del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU. La empresa explicó después que había bloqueado en algunos países musulmanes porque allí se vivían “situaciones delicadas” y no por las peticiones de la Casa Blanca. Pero el vídeo puede ser visto en todo el mundo.
En este caso está claro que se está degradando a una religión a través de contenidos blasfemos, que nada tienen que ver con la libertad de expresión
¿Cuánta sangre deberá ser derramada y cuántos muertos deberán contabilizarse para que reaccionen y tomen las medidas que corresponden?
Con este pensamiento le dan vía libre a cualquier loco para que enarbolando la bandera de una malinterpretada libertad de expresión, cometa cualquier atropello.
La libertad de pensamiento es sagrada y como tal debe ser respetada, pero aquí no hay nada de eso; solo hay unos locos que a través de una película, encendieron la mecha de una bomba que ha explotado en la cara de otros, que en este caso, nada tienen que ver con un filme que por sus consecuencias nefastas, puede catalogarse como de “terror”.












