Cuando uno escucha hablar a los políticos que están en la oposición, no importa que sean de derechas o de izquierdas, siempre se sienten los “salvadores de la nación”, dicen tener la fórmula mágica para solucionar todos los males del mundo.
Es trágico, por ejemplo, el caso concreto del PSOE en España, que hace pocos meses dejó al país con cinco millones de parados y hoy dice que si se siguen sus consejos todo se solucionará. ¿Cómo creer en una agrupación política que en casi 8 años de gobierno destrozó la economía española?
Aquí van algunos ejemplos como el de Antonio Hernando: “Rajoy no se atreve a dar la cara por su insolvencia para gestionar y afrontar la crisis”; pero el secretario de Relaciones Institucionales y Política Autonómica del PSOE, lo dice sin ningún indicio de vergüenza por el pasado reciente y la gestión socialista al frente del gobierno. Si Hernando no hubiera aclarado que la diatriba estaba dirigida a Rajoy, todos pensaríamos que se refería a la gestión de Zapatero.
Pero también está Elena Valenciano que sin mucho vuelo creativo, reconstruye viejos refranes populares y los adapta a sus necesidades inmediatas de ataque. Es impagable la sentencia de la vicesecretaria general del PSOE al decir: “Rajoy ha sembrado vientos y está recogiendo tempestades”.
“Que se mueran los feos”
¿Pero cómo creer que lo que dicen tiene sentido si a Elena Valenciano, no le gustan las personas feas y no lo oculta?
Esto es real y demuestra que la supuesta lucha contra la intolerancia y la xenofobia es una farsa, donde algunos políticos aparentan ser “progres”, pero en realidad en su interior son más intolerantes que varios “fachas”.
Elena Valenciano, en su página de Twitter, durante el partido entre España y Francia se preocupó de menospreciar la apariencia física del jugador galo, Frank Ribery: «Habéis visto un tío más feo que Ribery???» preguntó pensando que era graciosilla, pero no le cayó bien a sus seguidores que le recriminaron su intolerante actitud; incluso alguno se tomó el trabajo de explicarle que Ribery había sufrido un accidente en su infancia.
Luego doña Elena Valenciano no tuvo más remedio que reconocer el error de su expresión, por el mismo medio: «Pido disculpas por mi comentario estúpido. Ha sido el calor del partido pero he hecho mal. Buenas noches».
Esperemos que ahora, de la misma manera en que reforma viejos refranes, no se le ocurra cambiar la letra de la antigua canción “Que se mueran los feos”*.
*Que se mueran los feos, que se mueran los feos
Que se mueran toditos, toditos, toditos
toditos los feos, que se mueran.
R.C.
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