Final de la Copa del Rey, Einstein y la estupidez humana

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Albert Einstein dijo: “Sólo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y no estoy tan seguro de la primera”, expresó el científico.
A la segunda de las cosas infinitas que se refirió Einstein , parecen estar abonados los radicales que quieren transformar un partido de fútbol en un enfrentamiento contra el Estado español.
La Plataforma Pro Selecciones deportivas catalana, gallega y vasca han encendido el posible enfrentamiento al pedir a las aficiones de Euskadi y Cataluña que reivindiquen el reconocimiento internacional de ambas selecciones, además de la de Galicia, en la final de la Copa del Rey de fútbol. Han pedido que los aficionados lleven banderas catalanas e ikurriñas.
Inmediatamente los partidos políticos independentistas se acercaron a colaborar a encender la mecha de un explosivo de imprevisibles consecuencias.
CiU, Amaiur, ERC, BNG e ICV, quizás no hayan entendido que esto es un partido de fútbol donde los aficionados y sus familias van al Calderón a vivir una fiesta deportiva y no a quedar en medio de una guerra.
Mientras unos amenazan que gritarán ante la ejecución de los acordes del Himno de España y reprobarán la presencia del príncipe en el encuentro entre el Barça y el Athletic, otros en el colmo de la “inocencia”, dicen que debe ser una reivindicación pacífica y con respeto. Cuando las hordas se descontrolan en medio del fragor de la contienda, no habrá ningún bienintencionado que pueda detenerlos.
Es un partido de alto riesgo…riesgo para el padre de familia que quiera ir con sus hijos y tal vez pueda encontrarse en medio de una lucha dentro o fuera del Calderón.
Más vale prevenir que curar y luego no tener que lamentarse.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, señaló en una entrevista que “los ultrajes al himno, la bandera o al jefe de Estado son delito en el Código Penal y no se deben conseguir. El partido se debe suspender y celebrarse a puerta cerrada. Este es el campeonato de España”. Además ha recordado que “muchos aficionados de ambos equipos no son ni nacionalistas, ni separatistas ni mucho menos antiespañoles”.
Estos personajes que quieren ensuciar una fiesta deportiva son los que confirman el pensamiento de Einstein sobre la estupidez humana, aunque habría que agregar que, quienes la llevan dentro (la estupidez, digo) y la exponen con sus actos, tampoco tienen límites.