
El gobierno de Portugal suspendió las jubilaciones anticipadas, previas a los 65 años, hasta 2014, cuando se espera que el país luso haya ordenado sus cuentas fiscales y logrado el equilibrio económico interno y externo, tras la crisis financiera que los azota y según lo acordado con sus socios de la Unión Europea.
La reforma que fue promulgada por el presidente de Portugal Aníbal Cavaco Silva, sólo contempla una excepción, la que es dada a las personas que son desempleadas de larga duración, vale decir, por más de 5 años y que estén en esta condición fuera de su voluntad.
El ejecutivo luso argumentó la medida, debido a que el sistema de seguridad social de Portugal, sufre un potencial desequilibrio en su estructura financiera, la que se ha visto mermada por el “aumento continuado de la esperanza media de vida de la población portuguesa, especialmente en los mayores de 65 años”, entre otras situaciones.
La medida se ubica dentro del contexto y del plan de gobierno de Portugal, el que recibió un rescate financiero el año pasado, por parte de las autoridades europeas a cambio de reformas estructurales en la economía del país.
De esta forma se cambian las características de la legislación portuguesa, la que definía que era posible solicitar la jubilación anticipada, a partir de los 55 años de edad y tras haber después tenido 30 años trabajados.









