
Marine Le Pen batió el récord de su padre en 2002(18,6%) colocándose en el alrededor del 18%, que rompe el techo electoral del Frente Nacional (FN), su discurso se ha fijado en las críticas sobre el euro y la “Europa de Bruselas”, entre otras como a las medidas que se están aplicando para paliar la presente crisis.
No por ser esperada, la fuerte presencia del FN, liderado por la hija de Jean Marie Le Pen, ha sorprendido y es que refleja la desconfianza que los franceses mantienen acerca de Nicolás Sarkozy. Además, la ascensión en sufragios encuentra explicación en el voto transversal de protesta, que debe ser interpretado en clave de expresión de la frustración de los ciudadanos. Así pues, la tercera fuerza política en estos comicios resulta que es la extrema derecha, mientras el candidato llave en los anteriores, François Bayrou de Modem, se ha quedado por debajo de sus propias expectativas con un 9% .
Hablando de partidos políticos extremos y excesivos resulta que en Holanda el primer ministro, Mark Rutte, presentó su dimisión ante la reina Beatriz después de fracasar la negociación de las recortaduras a los efectos de reducción del déficit público al 3% en 2013. Mejor no mezclarse con según quien y menos con el PVV.
Por su parte, el aspirante del Partido de la Izquierda, Jean-Luc Mélenchon (cuarto en resultados) y la postulante de Los Verdes, Eva Joly (quinta), ya han exhortado a sus simpatizantes para que voten por el candidato del PS. La pretensión clara es dar prioridad, sobre cualquier otra consideración, al desalojo de Nicolás Sarkozy de el liderazgo institucional del país. La conclusión la veremos en la segunda vuelta, no sin recordar que las encuestas dan triunfador al socialista.
Las secuelas del resultado de las urnas demuestran que lo que sucede en cualquier parte de Europa se amplifica y produce consecuencias, en una relación directa de causa y efecto, a lo largo y ancho del territorio de la UE y aun el exterior. El lunes de esta semana las bolsas continentales han sufrido un batacazo porque la situación hizo planear uno de los fantasmas más asiduos últimamente: la incertidumbre sobre el futuro. Lo que más ata a los estados miembros es el miedo al mañana, cuando el trabazón tendría que ser el aumento tanto de la construcción política como de la consolidación fiscal.
Francia elige presidente mientras que en España tenemos rey al que no se escoge por la vía del sufragio universal. Pero los monarcas del siglo XXI, aunque parezca una contradicción, no tienen otro remedio que adoptar valores republicanos más allá de lo que significa el concepto de “reinados parlamentarios”. Por ejemplo, la reina Isabel II tuvo que rectificar sus posturas y reacciones durante las exequias de Lady Diana por una colosal demanda popular y Juan Carlos I hubo de disculparse en público a la salida de la clínica en donde convalecía de ana intervención quirúrgica a la que se sometió después del accidente africano. A la vista de la indignación creada no cabía otra respuesta, y es que lo que más resquemó a los españoles era la pompa de la cacería que no casaba con la coyuntura, trance y circunstancia del estado. Mientras los habitantes de España pasan factura, expresa o tácita, por la, como poco, imprudencia; fuera de aquí las consideraciones sobre la recesión hispana mudan según el mensajero.
El IfW (Instituto Económico de la Universidad de Kiel en Alemania), basándose en proyecciones, considera que la situación española sólo sería crítica si los intereses de su deuda alcanzaran o superaran un 10%. Ese margen de seguridad se justifica en que dicha deuda es relativamente baja y menor, en todo caso, que la portuguesa o griega. Incluso está por detrás de la alemana. En esta línea “la situación de Grecia -pese a la quita- y de Portugal es considerada crítica por los economistas de Kiel y es de esperar que haya nuevas restructuraciones de la deuda de esos países. La irlandesa también es alta, pero las buenas perspectivas de crecimiento, a medio plazo, en ese país trae consigo un potencial para la reducción de endeudamiento”, conforme a lo despachado en abierto por EUROPA PRESS.
Cuestión desemejante es la deuda privada que desde 2001 a 2008 pasó de pesar un 100% al 200% del PIB, progresando a una velocidad media del 10% anual. Esto indica que “el motor de crecimiento de económico de España estuvo basado en la industria del crédito. Crédito que llegó a muy bajo costo con la implantación del euro”, según Marco Antonio moreno. Para octubre de 2012 la estructura de la deuda agregada se distribuye, según Gómez-Olivé y Reguant , de la siguiente forma: deuda pública un 16,5%, la familiar el 21%, las empresas suponen un 30,5% en este cálculo y la bancaria mantiene una potencia del 32%. La configuración entera arroja un resultado agobiante habida cuenta que se alzaría a una cifra cuatro veces mayor que la del PIB. En consecuencia, la importancia mayor estaría, por volumen, en la privada y sobre el total casi dos tercios son deudas de las empresas y bancos.
El gobierno español, casi recién estrenado, de Mariano Rajoy, al que ni siquiera le han concedido los primeros 100 días de gracia, seguirá con sus planes de reformas y habiendo llegado al Rubicón que supone su triunfo electoral, no piensa sentarse a pescar. Uno de los mayores desafíos es el económico y financiero como hemos explicado, sin embargo tampoco lo es menos la tarea de trasladar hacia el orbe una imagen positiva de la sociedad real y la situación institucional…
Reinerio Álvarez Saavedra









