No es el objetivo meternos en discusiones técnicas que otros, con conocimiento, podrán hacer. El tema de hoy es que de una vez por todas se termine con el doble discurso político de cambiar los argumentos, mutarlos, de acuerdo a qué lado de la baranda se encuentre el Frente Amplio. Hay dos posibilidades, y solo dos. O antes se sostenía lo que no se creía, o lo que no se cree es lo de ahora, pero las dos a la vez es imposible sostener.
Se podrá decir que cambiaron las circunstancias, pero es que las mismas no cambiaron, lo que mutó es que antes desde la oposición se decía exactamente lo contrario a hoy. Dos ejemplos de fuerte contenido medioambiental muestran la mentira y el engaño de argumentación porque las dos las sostienen los mismos con la sola diferencia de que se decían en el Comité de Base unas y las contrarias se defienden desde la casa de gobierno, las dos por el mismo partido político.
Aratirí y el proyectado puente sobre la laguna Garzón se parecen al caparazón de un cangrejo (en el Comité de Base) debajo del cual aparece una capa blanda (en la casa de gobierno). A los que nos gusta la pesca a estos cangrejos los llamamos muda, son una buena carnada. (¡Qué parecido a la pesca, si se está desprevenido, puede ser la política!)
Ni la minera ni el puente hubieran sido posibles discutir en un clima de paz, de informes técnicos y conveniencias o perjuicios para el desarrollo, con el FA en la oposición. Es verdad que el caso Aratirí es reciente, pero ¿a alguien se le puede ocurrir que una minera a cielo abierto hubiera siquiera sido analizada por el FA estando en la oposición? Hubiera pasado lo mismo que con las plantas de celulosa, un incendiario discurso contrario al emprendimiento, que se transformó en defensa desde el gobierno de Vázquez. Cambio que saludamos. En el caso del puente la mutación también ha sido radical, cosa que con una claridad meridiana denunció nuestro compañero el diputado José Carlos Cardoso.
El “puente” que ya funciona es el que permitió pasar de una posición a otra sin mojarse los pies a algunos técnicos y ex jerarcas frentistas del gobierno departamental de Rocha que antes estaban furibundamente en contra de la obra y ahora están fanáticamente a favor. Incluso, como advirtió Cardoso, estar contratados hoy por el empresario argentino que quiere la ubicación del puente cercana a su inversión inmobiliaria. Dijo el presidente en su homilía radial que no cedieron a ninguna presión o interés “capitalista” y que lo más importante va a ser que se van a beneficiar los jardineros y los obreros que pasaran por encima de él para trabajar en la otra orilla. Es decir que el empresario argentino es una especie de programa del MIDES extraoficial. ¡No Mujica, no!
Qué diría el FA si los técnicos que cambiaron de posición fueran blancos, por ejemplo: que están comprados y que atrás de los jerarcas que defienden los proyectos y que antes se oponían hay dinero. Hubiera sido un escándalo. Igual que en Aratirí donde varios exjerarcas de Vázquez están muy bien contratados por la empresa. Siguen siendo frentistas, claro, y mantienen buenas y convenientes amistades en el gobierno. El discurso inquisidor de antes que acusaba y se oponía da lugar al pragmatismo llamativo de ahora.
Hay distintas corrupciones, también la intelectual como ésta de acusar a otros siendo oposición y cambiar misteriosamente siendo gobierno.












