El gobierno de Brasil informó que recortará 31.900 millones de dólares de su presupuesto fiscal, con el objetivo de cumplir con un crecimiento del PIB en torno al 4,5 por ciento para 2012.
El recorte representa un 3 por ciento del presupuesto total y según dijo el ministro de hacienda Guido Mantega, la medida no afectará a los proyectos de índole social, ni a los proyectos de inversión que el Gobierno de Dilma Rousseff contempla para este año, además, se fomentará la inversión privada.
En la misma línea el Ministerio de Planificación y Presupuesto, explicó que el recorte de gastos, superior al realizado un año atrás, persigue enfriar la economía después de un crecimiento de 7,5 por ciento en 2010.
“Será privilegiado un aumento de la inversión pública y privada, pues la inversión es la locomotora del crecimiento en Brasil”, aseguró Mantega en una rueda de prensa con la ministra de Planificación, Miriam Belchior.
De esta forma se conservará la propuesta gubernamental, en áreas estratégicas como vivienda, construcción de grandes obras en infraestructuras y planes sociales.
En la misma línea la meta inflacionaria será de un 4.7 por ciento y el de la deuda pública se espera sea equivalente al 35.3 por ciento del PIB para fines del 2012.
El gobierno pretende dar “continuidad a los planes de consolidación fiscal para fortalecer las finanzas públicas, y a los programas de reducción de la deuda pública”, con el objetivo disminuir la “vulnerabilidad”, aseguró Mantega.
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