La ONU alerta sobre el avance de las bandas armadas en Haití: violencia desbordada, control territorial y crisis humanitaria sin precedentes

Informe conjunto de organismos de Naciones Unidas denuncia asesinatos masivos secuestros violencia sexual y desplazamientos forzosos a lo largo de las rutas clave del país. La estabilidad regional está en juego

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La expansión territorial de bandas armadas en Haití ha encendido las alarmas de organismos de las Naciones Unidas, que advierten sobre un rápido deterioro de la seguridad, el aumento del tráfico de armas y personas, y una creciente amenaza para la estabilidad del Caribe. Las organizaciones internacionales denuncian una estrategia deliberada de estos grupos criminales para establecer su control en localidades estratégicamente ubicadas a lo largo de las principales carreteras que conectan la capital, Puerto Príncipe, con las regiones del norte del país y la frontera con República Dominicana.

En un informe conjunto presentado este jueves por la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), se documentan violaciones sistemáticas de los derechos humanos entre el 3 de octubre de 2024 y el 30 de junio de 2025. En ese periodo, al menos 1.018 personas fueron asesinadas, 213 resultaron heridas y 620 fueron secuestradas en los departamentos de Artibonito y Centro, así como en las localidades de Ganthier y Fonds Parisien, al este del área metropolitana de la capital.

Entre los hechos más estremecedores se encuentra la masacre de Pont Sondé, ocurrida el 3 de octubre de 2024, donde al menos 100 personas fueron asesinadas y 16 más heridas en pocas horas. Además, más de 21 mujeres y niñas fueron víctimas de violación durante este periodo, muchas de ellas en contextos de extrema brutalidad.

Control de rutas, violencia descontrolada y tráfico ilícito

El informe subraya que las bandas buscan dominar corredores viales estratégicos, una táctica que no solo obstaculiza el movimiento de bienes y personas, sino que también facilita el tráfico transnacional de armas y seres humanos, lo que representa un peligro de contagio regional ante la débil presencia institucional tanto del Estado haitiano como de las agencias internacionales en esas zonas.

“La limitada presencia de las autoridades y organismos humanitarios agrava el riesgo de que la violencia se propague más allá de las fronteras haitianas, desestabilizando aún más la región del Caribe”, advierte el documento.

Extorsión, desplazamientos masivos y colapso humanitario

La violencia también ha desencadenado un proceso masivo de desplazamiento forzoso. Según datos de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), hasta el 30 de junio más de 239.000 personas se encontraban desplazadas solo en los departamentos de Artibonito y Centro. En la última semana de junio, ataques armados en el departamento Centro obligaron a más de 16.000 personas a abandonar sus hogares.

En total, más de 1,3 millones de haitianos se encuentran desplazados internamente, la mitad de ellos niños. La OCHA alerta que cerca de seis millones de personas necesitan asistencia humanitaria urgente, mientras que el Plan de Respuesta Humanitaria 2025 para Haití es actualmente el menos financiado del mundo.

Una respuesta limitada y riesgos de nuevos abusos

Frente a esta emergencia, las autoridades haitianas han desplegado unidades especializadas de la Policía Nacional con el respaldo de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad. A nivel comunitario, grupos de autodefensa se han fortalecido en un intento por frenar la expansión de las bandas.

Si bien estos esfuerzos han logrado contener parcialmente la violencia en algunas zonas, no han conseguido restablecer el control estatal. Además, las Naciones Unidas expresan preocupación por los métodos utilizados, señalando casos de ejecuciones extrajudiciales y ataques indiscriminados por parte tanto de las fuerzas de seguridad como de los grupos civiles armados.

“El aumento de la violencia y los abusos, en paralelo con la debilidad institucional, amenaza con llevar a Haití a un punto de no retorno”, concluye el informe.