'El plebiscito es un chantaje a los colombianos, o votan sí o las FARC seguirán matando"

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El procurador general de Colombia, Alejandro Ordóñez Maldonado, se ha referido al plebiscito para refrendar los acuerdos de paz con las FARC y expresa que “El plebiscito está diseñado para que los colombianos voten pero no decidan. Sí, para que voten ‘sí’ o ‘no” a una pregunta, pero no puedan decidir. Los que deciden, los que habrán decidido aún antes del plebiscito, son el presidente Santos y ‘Timochenko’. A los ciudadanos les dejan la libertad no de decidir sino de adherir, bajo las condiciones por ellos impuestas”, explicó.
“El plebiscito aprobado no es un mecanismo de democracia participativa sino un instrumento de dictadura plebiscitaria. No es un mecanismo que sirva a los acuerdos, no les proporciona seguridad jurídica y, en cambio, sí profundiza la polarización política. El plebiscito no es, ni puede ser el mecanismo de refrendación”, agregó el jefe del Ministerio Público.
También advirtió sobre los viejos y nuevos riesgos que se interpretan de la lectura del acuerdo en materia de justicia y víctimas dado a conocer recientemente por el Gobierno Nacional y la organización criminal FARC, así como sobre los sacrificios a la institucionalidad al aprobar un plebiscito y promover un acto legislativo que no permiten a los colombianos decidir.
“Nada más peligroso que los plebiscitos. La democracia plebiscitaria mató a Cristo y escogió a Barrabás”, agregó.
El jefe del órgano de control reiteró que realizar un plebiscito mientras la organización terrorista FARC continué en armas, solo puede interpretarse como un “chantaje criminal avalado por el Gobierno” al pueblo colombiano en nombre de la paz, además de garantizar la continuidad de acciones de narcotráfico, previo blindaje a la extradición.
“O los ciudadanos votamos sí, a lo que sea, cueste lo que cueste, o vuelven a disparar, vuelven a masacrar, vuelven a secuestrar, vuelven a desaparecer, vuelven a tapizar los caminos y los patios de las escuelas con minas antipersonales”.
Consideró desequilibrado el ejercicio de plebiscito aprobado por el legislativo y advirtió: “Con la misma manzanilla jurídica hicieron todo lo posible para que el plebiscito fuera, como se dice popularmente, una pelea de tigre con burro amarrado. El plebiscito no ofrece garantías para que los ciudadanos participen libremente, ni para los partidos políticos que ejercen la oposición”.