Viviendo El Salvador…

Salimos a la calle a charlar con la gente para que nos dijera acerca de la experiencia que este nuevo escenario ofrece y si bien fueron muchas las entrevistas, donde cada uno tenía una dura historia para contar respecto a su relacionamiento o convivencia con los mareros,  no pude encontrar a una sola persona que estuviera en desacuerdo con el accionar del Gobierno

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El Salvador, historias para contar - Foto: ICN Diario

Por José L. RONDÁN – Especial para ICN Diario.-

Hace un par de días volví de un viaje que debí hacer a la República de El Salvador. Estando en casa, en la paz que aquí me rodea, ya distendido y mirando lejos, inmerso en los pensamientos que hacían por volverme a ese país centro americano, me puse a repasar mentalmente las vivencias, los contactos, la interacción, que en unos pocos días tuve con las personas con las que por necesidad o casualmente, me fui relacionado.

El Salvador es el país más pequeño de Centro América, con poco más de 21.000 kms. cuadrados y una población de aproximadamente siete millones de personas, siendo, por tanto, el más poblado del área; dentro de su montañoso territorio, posee una muy alta densidad de volcanes y la actividad sísmica es casi permanente, debiéndosele agregar que se ubica en el camino de los huracanes que por temporadas se producen en el Caribe. Si algo le faltaba para atentar contra la amabilidad y el encanto natural de este sufrido pueblo, el destino puso entre ellos, después de la cruenta confrontación armada entre el grupo guerrillero Farabundo Martí y el Ejército Nacional, (confrontación finalizada en 1992), la que fue saldada con más de 75.000 muertos y cerca de 15.000 desaparecidos, a las Maras, grupos criminales organizados y extremadamente violentos;    pandillas dedicadas al crimen organizado, al narcotráfico y la extorsión, quienes hacían de la vida en sociedad, un verdadero infierno.

El pueblo no solo ha debido soportar el avasallamiento por parte de los grupos criminales organizados, enquistados en su seno, (Mara Salvatrucha – MS13, Mara 18 y Mara 18 Revolucionaria), sino que ha debido tolerar la inoperancia de la clase política para resolver el tema criminal, quienes muchas veces para tratar de sobrellevar esta situación, pactaban treguas temporales con los líderes sediciosos, buscando algún tipo de respiro a tan cruel situación, concediéndoles todo tipo de beneficios a cambio de un poco de paz.

Nuestro viaje sirvió para confirmar lo que desde estas latitudes, muchas veces podría ser visto como una mera propaganda de índole política, donde el Presidente Nayib BUKELE (Presidente desde el 1ro. de Junio de 2019), joven hombre de 41 años de edad y origen libanés, gozaba, según la información recibida, de más de un 91 % de la popularidad entre la población, siendo por tanto a más de un año de iniciada su gestión, en el Presidente más popular del mundo.

El centro de su accionar se basó en tomar las riendas del asunto criminal y tras decretar un estado de excepción, (27 de marzo de 2022), después que en un nefasto día de ese mes, murieran asesinadas más de 90 personas a manos de las bandas criminales,  les  declaró una guerra frontal  y sin cuartel, diezmando sus filas y desarticulando por la fuerza sus estructuras de organización.

Hasta el momento las fuerzas armadas y la policía ha logrado la detención de más de 60.000 integrantes de estas bandas y sus colaboradores, generando por un lado, el beneplácito de una población, lo que hemos comprobado in situ, la que se ha visto liberada, con posibilidad de vivir en paz y pudiendo salir a la calle sin tener que pagar peaje para poder transitar o sin temor a ser asesinados en cualquier esquina y por otro,  las protestas de los grupos pro derechos humanos, quienes alzan su voz para denunciar abusos, atropellos y pérdida de garantías entre los más vulnerables.

Ante todo lo dicho, salimos a la calle a charlar con la gente para que nos dijera acerca de la experiencia que este nuevo escenario ofrece y si bien fueron muchas las entrevistas, donde cada uno tenía una dura historia para contar respecto a su relacionamiento o convivencia con los mareros,  no pude encontrar a una sola persona que estuviera en desacuerdo con el accionar del Gobierno, aceptando de muy buen grado la interrelación entre ellos y los soldados o policías que suelen patrullar las diferentes colonias, teniendo muy en alto la figura de su Presidente, del cual hablan casi con devoción, al cual respetan y  reconocen el liderazgo manifestado a la hora de ordenar el combate a la delincuencia, con lo que está tratando de poner orden en este sufrido país.

De momento nada desean saber de otro líder, casi nada se cuestionan acerca de la economía del país, la exclusión social, la pobreza, proyectos, etc. lo primordial y urgente es la paz social y en eso están enfocados, desautorizando a las organizaciones internacionales que alzan su voz para denunciar la falta de garantías o los atropellos del Estado, expresando ante las diferentes preguntas al respecto. – Que vengan a vivir acá, o mejor, que se los lleven a sus países; ahí se darán cuenta del porqué   de nuestro pensamiento. Hasta que llegó nuestro Presidente, nuestra vida era un infierno, hoy tenemos libertad, tenemos paz.

Sigo en mi ambiente, mirando lejos y pensando en esa buena gente, en su lucha, en la enorme capacidad de resiliencia, en su forma de trabajar y encarar la vida, permitiéndose la esperanza de un El Salvador para todos, donde la Naturaleza los pone a prueba cada día de sus vidas.

Quien vendrá después de Bukele, cuál será el rumbo del país una vez eliminadas las maras, cuáles serán los nuevos reclamos o necesidades de la población; Quien determinará si este camino adoptado constituye o no una dictadura y si este fue o no fue el mejor camino a adoptar, serán respuestas que solo el tiempo podrá aportar.