Los otros días, me hallaba haciendo zapping, como hago siempre y de pronto hubo un comentario que hizo un panelista cuya elegancia y profundidad francamente me sorprendió, “lo dijo Stiglitz” este comentario lo hizo un panelista como ya dije, de quien no voy a dar el nombre, en agradecimiento que no dijo, tírense de cabeza por la ventana.
La primera precisión, corresponde al año 2001, cuando ganó el Nobel de Economía, no lo hizo sólo sino, lo compartió con George Akerlof y Michael Spence, o sea fue un premio conjunto que obtuvieron los tres por la asimetría de la información que poseen los mercados sobre un producto dado siempre tiene más información el vendedor que el comprador, es decir una investigación de microeconomía, los nombres de pila son gentileza de la casa, a propósito el de Stiglitz es Joseph.
La segunda precisión, es en una existencia que va camino de ser extensa, en materia económica hizo básicamente dos cosas: primero la investigación económica por la cual ganó el premio segundo a asesorar económicamente a aquellas figuras que tenían peso político según él, por esto último el es más famoso, ya que una de las personas que aconsejo es, Cristina Fernández de Kirchner que le dio renombre eterno, aunque usted no lo crea.
Dice Javier Milei, que lo que dijo el panelista es una falacia “ad hominem”, donde el que lo esgrimió hace valer el prestigio, del que lo dice para elevar el nivel de aquello que dice, como si se pudiera pasar de uno al otro.
Me permito discrepar, en esto con el señor Javier Milei, ya que quien escribe estas líneas, humildemente piensa que es un sofisma.
Serafín R. Gómez