Sobre Wilson y Larrañaga: líder es quien recoge la bandera del compañero caído y sigue la lucha

"Es la cáscara que se va, el cerno queda" Aparicio Saravia.-

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Por Raúl Vallarino.-

En su memorable discurso del 30 de noviembre de 1984 en la explanada municipal, luego de liberado, Wilson Ferreira Aldunate habló sobre los que se fueron y aplicó una frase de Aparicio Saravia: “Déjenlos que se vayan que los que se van es la cáscara. El cerno queda. Idea similar expresaba Herrera cuando en momento crucial para la vida del Partido y del país recogía aquella vieja frase en un discurso que se hizo célebre y repetía: Las nubes pasan pero el azul queda”.

Esto lo recuerdo en relación a un artículo escrito por mi, en donde expresaba mi opinión sobre los que abandonan la lucha luego de la desaparición física del líder que los encolumnaba detrás de una causa. En este caso, Jorge Larrañaga.

Allí dije:  “en Alianza Nacional nadie se cansa y se da pelea todos los días por la gente y quien abandona, es que no tiene esos valores y es mejor que se vaya si así no lo entiende”.

Entrevistado por una radio, el intendente de Paysandú Nicolás Olivera, consultado por un periodista de M24, sobre si se sentía aludido por mis palabras, respondió: “no creo que sean para mí no me doy por aludido, todo lo contrario”. Y tiene razón, yo me refería a los que dicen ser wilsonistas y abandonan la lucha y tengo claro que el jefe comunal sanducero no lo es. ¿Por qué debería sentirse aludido si no es wilsonista?. Entiendo perfectamente su respuesta.

Por otro lado leí, tiempo atrás, que radio Universal tituló una entrevista al intendente de Tacuarembó, diciendo “Wilson Ezquerra dejó Alianza Nacional: el sector “no tiene liderazgo ni motivo de continuar”. Si realmente dijo eso y sus palabras no fueron tergiversadas, parece bastante temeraria la frase si tomamos en cuenta que hay gente de mucho valor en Alianza Nacional, que recogió la bandera de Larrañaga y continúa en la brecha sin abandonar los postulados de Wilson Ferreira Aldunate. Resulta difícil de entender el ninguneo a compañeros, con los que se puede discrepar, pero nunca ofenderlos por el hecho de quedarse defendiendo el compromiso. Allí están el senador Carlos Daniel Camy, el intendente de Soriano Guillermo Besozzi, las diputadas Nancy Núñez de Paysandú, Maria Fajardo de Soriano y Alejandro Lafluf, entre otros varios integrantes de Alianza Nacional como Santiago González, Pablo Abdala, Fernando Ripoll y muchos más en distintos lugares trabajando por la gente. Decir que este sector “no tiene liderazgo ni motivo de continuar”, no se ajusta a la realidad.  Hay liderazgo y también motivos para continuar.

Wilson no es patrimonio de quienes lo conocimos en el pasado, ni de las nuevas generaciones que han comprendido maravillosamente su legado y lo aplican. Wilson es de todos. Después están los que no se sienten capacitados para recoger las banderas de Wilson y Larrañaga y liderar, junto a otros, un proyecto de unidad.

En 1984, cuando era necesario asumir la responsabilidad de traer a Wilson de regreso a Uruguay, en medio de presiones para que no lo hiciera, decidí estar al frente del operativo retorno en mi caracter de encargado marítimo del vapor de la carrera “Ciudad de Mar del Plata II” y lo hice en medio de amenazas, incluso con la negativa primaria de los propietarios argentinos de la embarcación, a los que tuve que convencer. Entonces, que nadie me diga hoy lo que es sentirse o ser wilsonista, o de abandonar la lucha.

Mi abrazo con Wilson al traerlo en 1984 en el vapor de la carrera

De cualquier manera, ni Olivera ni Ezquerra, pueden darse por aludidos, lo reitero, mi mensaje iba dirigido a quienes dicen ser Wilsonistas y no a quienes nunca lo han sido.

Y Alianza Nacional recogió esa bandera de Wilson que siempre sostuvo Larrañaga y que hoy sigue en alto.