Putin carece de un servicio creíble de información y quienes lo asesoran, parecen novatos en el arte de la comunicación y los “comunicados”, donde intenta revertir acusaciones en su contra, parecen escritos por el enemigo.
¿Una potencia como Rusia no tiene un plantel calificado de comunicadores creíbles?. No, rotundamente carece de ellos. Desde la invasión brutal a Ucrania el 24 de febrero pasado, todo se ha convertido en una serie de desatinos y falsedades y la razón es simple: ¿Quién le puede creer al agresor?.
Nadie puede pensar que Vladimir Putin sea un humanista o un estadista y la historia lo recordará junto a personajes como Hitler o Stalin, entre otros. Ese estigma nunca podrá borrarlo.
La negativa constante rusa de que no atacan a la población civil, ha quedado desvirtuada, y no es porque lo diga el Gobierno de Ucrania, lo aseveran y demuestran las agencias informativas internacionales y medios de comunicación serios presentes en territorio ucraniano.
Además, Putin o sus asesores, han elegido a los tres peores comunicadores para dar información al mundo. El canciller Serguéi Lavrov, con su gesto duro y amenazante constante, asusta y lo que menos trasmite al hablar es credibilidad. La vocera de la cancillería rusa, María Zajarova, no tiene matices, lo mismo anuncia un desastre o una muerte con una leve sonrisa, que denota que lo que dice es aprendido de memoria por orden de sus jefes. Nada creíble.
Y después aparece Dmitri Peskov, secretario de prensa del presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, que repite una y otra vez que Rusia no ataca objetivos civiles, cuando las evidencias demuestran en forma abrumadora todo lo contrario.
Pero además el Kremlin a prohibido a los medios rusos calificar de “guerra” los ataques a Ucrania y deben ajustarse a la normativa de decir: “operación militar especial” y menos utilizar la palabra “invasión”, pero luego esos mismos medios de Rusia acusan de “crímenes de guerra” el presunto maltrato a soldados rusos prisioneros. En este caso si pueden hablar de “guerra”.
En otra de sus incoherencias, Rusia dice oficialmente que ellos, sin conocimiento de las autoridades ucranianas, “evacúan” a ciudadanos de Ucrania y los llevan a territorio ruso.
El jefe del Centro Nacional de Gestión de Defensa de Rusia, Mijaíl Mízintsev, dijo el 5 de abril: “Durante el último día, las fuerzas armadas rusas, sin la participación de las autoridades ucranianas, evacuaron a 18.654 personas de áreas peligrosas de Ucrania, así como de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk a Rusia, de las cuales 2.837 niños”, dijo Mízintsev en una sesión informativa.
Desde Mariúpol, a través del corredor humanitario en el este, se evacuaron 127.776 personas sin ninguna participación de Kiev, agregó. Según Mízintsev, desde el inicio de la operación militar especial rusa, fueron evacuadas a Rusia más de 620.000 personas.
Las preguntas son: ¿dónde están, a dónde los llevan dentro de territorio ruso?. ¿Tienen alternativas mujeres y niños para negarse?. ¿Por qué no los llevan a zona neutral?. ¿Quién puede confiar en el invasor?.
Los medios de prensa del Kremlin, publican como apoyo, las palabras de Nicolás Maduro, el tirano venezolano que en vez de ayudar a la causa rusa la dinamita. ¿Quién puede tomar en serio lo que dice el presidente chavista?.
Maduro afirma en un medio ruso: “Desde Venezuela lo denunciamos, quieren ir a una guerra para desmembrar a Rusia, partirla en pedazos, destruirla y acabar la esperanza de un mundo multipolar, donde podamos vivir todos y todas”.
Claramente, Putin no tiene quien le escriba y menos quien lo asesore.
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