España ha sido la última en sumarse a otros socios de la UE y suspender la vacuna de la farmacéutica anglosueca AstraZeneca. Lo anunció la ministra de Sanidad, Carolina Darias, tras la reunión de un Consejo Interterritorial de urgencia en Moncloa.
De esta manera, España se suma a la decisión de Alemania, Francia, Italia, Dinamarca, Noruega, Islandia, Irlanda y Países Bajos tras haber detectado varios casos de trombos (coágulos de sangre) en personas vacunadas con este fármaco.
Sin embargo, el martes 16 de marzo, tras una reunión de urgencia de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), su directora ejecutiva Emer Cooke, ha concluido que “no hay evidencias de que las vacunas causaran esos episodios” y ha asegurado que la agencia está estudiando caso por caso a los enfermos; pero no será hasta el jueves 18 de este mes cuando la EMA presente una conclusión definitiva y tome una decisión permanente al respecto sobre la vacuna, aunque insiste en que hasta el momento, los beneficios son superiores a los inconvenientes.
Hasta el 10 de marzo, sólo se habían detectado 30 casos de episodios tromboembólicos tras administrar cerca de cinco millones de dosis en la UE, según la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Tanto esta agencia como la Organización Mundial de la Salud (OMS) insisten en que son muy pocos casos y que no está probada una relación causal entre el suero y los trombos, pero de manera preventiva han decidido suspender la vacunación hasta que se demuestre si efectivamente el fármaco es responsable de la trombosis.
En el caso de España, sólo se ha detectado un caso de un paciente de trombosis de senos venosos cerebrales que había recibido la vacuna AstraZeneca contra el coronavirus, lo que provocó que este país se haya sumado a la decisión de sus colegas europeos.
“Son muy pocos casos en número absoluto, pero por importancia cualitativa de cada uno de ellos y como en la población general también hay muy pocos casos de trastornos de la coagulación, nos parece prudente parar”, aseguró la ministra Darias para justificar la decisión del Gobierno central.
Sin embargo, y tras esta decisión y el continuo ajetreo de información y titulares más o menos escandalosos, la semilla de la duda y la incertidumbre se ha instalado inevitablemente entre la población, lo que ha generado debate.