El falso “progresismo” en América Latina y el “periodismo militante”

El "periodismo militante" que tergiversa la historia reciente de América Latina

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El Memorial da América Latina es un centro cultural, político y de ocio, inaugurado el 18 de marzo de 1989 en la ciudad de São Paulo Foto Agencia Brasil

En estos últimos tiempos ciertos “periodistas militantes”,  tratan de vender a través de medios afines, una imagen de resurgimiento de una nueva era del “progresismo de izquierdas” en América Latina y para ello apelan a cualquier subterfugio.

Como un logro sin precedentes, estos “periodistas” mencionan  que en Chile se aprobó la propuesta de reforma constitucional impulsada por sectores izquierdistas, para cambiar la Constitución heredada de Pinochet, mientras en Bolivia volvió al Gobierno el Movimiento Al Socialismo (MAS), del expresidente Evo Morales (2006-2019), pero no dicen nada de la violencia empleada para algo que jamás la izquierda chilena exigió a los gobiernos socialistas afines de Lagos y Bachelet. ¿Era necesaria la violencia de hoy para algo que se pudo pedir a los “compañeros” que gobernaron en Chile luego de Pinochet?. Tiempo de hacerlo tuvieron, solo que no lo hicieron. Pero, Foro de San Pablo mediante, se apeló a la violencia para exigir lo que antes parecía no molestarles.

Tampoco mencionan que quien gestó el primer fraude en Bolivia, fue el propio Evo Morales, que con intenciones de perpetuarse en el poder, organizó él mismo un referéndum en 2016 para preguntarle al pueblo boliviano si estaba de acuerdo o no en reformar la Constitución para permitirle un cuarto mandato presidencial. Morales perdió el plebiscito y quedó fuera de la contienda de 2019. Pero el expresidente indígena no aceptó el pronunciamiento democrático de las urnas y en complicidad con los jueces del Tribunal Constitucional, los mismos que él había impuesto en esos cargos, fraguó un fraude para desconocer el referéndum y volver a postularse. Pero de esto los “periodistas militantes”, no hablan, solo distorsionan la verdad.

Estos “periodistas militantes” hablan loas del binomio de candidatos “correistas” a la presidencia y a la vice de Ecuador para la próxima contienda electoral, pero omiten decir que el Tribunal de la Corte Nacional de Ecuador sentenció a 8 años de pena privativa de libertad a dieciocho personas, entre ellos, Rafael Correa y Jorge Glas, expresidente y exvicepresidente de la República, respectivamente; y dos procesadas recibieron penas atenuadas. Luego de haber analizado las pruebas presentadas por Fiscalía, fueron declarados culpables del delito de cohecho, en el llamado “Caso Sobornos”.

Las pruebas presentadas por la fiscal general del Estado, Diana Salazar Méndez, durante la audiencia de juicio, fueron determinantes para comprobar la existencia de una estructura de captación irregular de dinero, liderada por el expresidente Rafael Correa, y que facilitó la entrega y recepción de sobornos por parte de varios empresarios.

No mencionan que el actual presidente de Ecuador, Lenin Moreno, fue el candidato que eligió Rafael Correa para sustituirlo, pero callan que cuando Moreno vio el esquema de corrupción que heredaba, optó por apartarse y dejar que la Justicia actuara.

Causa gracia que se mencione a un personaje como el expresidente de Colombia, Ernesto Samper, de un día para otro devenido en “progresista”, que tiene detrás una historia negra que no admite ninguna duda sobre su pasado y lo lamentable es que algunos periodistas citen sus palabras como ejemplo, al vaticinar una nueva ola de gobiernos de izquierda en la región.

Samper fue secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) entre 2014 y 2017, dijo que el resultado de las elecciones en Bolivia marca una “nueva pauta para la región”, ya que América Latina va en camino de recuperar sus espacios progresistas, según el colombiano. La Unasur nunca fue un bloque regional, solo era un club ideológico y los países comenzaron a abandonarlo y finalmente desapareció.

El Caso Samper y el narcotráfico

Ernesto Samper dijo sobre su campaña electoral en Colombia: “Yo reconozco que en mi campaña se utilizaron dineros del narcotráfico, pero fue a mi espaldas”.
El martes 27 de febrero de 1996 la Comisión de Acusaciones de la Cámara, en cabeza de su presidente el congresista Heyne Mogollón, decidió abrir investigación formal contra el Presidente Ernesto Samper, en una acción sin precedentes en la historia de Colombia. Los 15 miembros de la comisión, después de avaluar las pruebas aportadas por el fiscal Alfonso Valdivieso, entre ellas un video de Pablo Escobar en el que reconoce haber entregado dinero a Ernesto Samper en la campaña de 1982 y una cinta magnetofónica de la testigo ‘María’, quien iba a ser presentada por el senador Jesse Helms ante el congreso de los Estados Unidos, consideraron que había méritos para abrir una investigación penal contra el presidente Ernesto Samper.

Pero hubo presiones políticas internas y el caso se archivó en el Senado y no fue por falta de pruebas.

El día 28 de mayo de 1996, se realizó una marcha estudiantil para pedir la renuncia del presidente Samper y de sus más cercanos colaboradores. En esa marcha se empleó una carroza en forma de elefante, en alusión a la declaración del cardenal colombiano y arzobispo de Bogotá Pedro Rubiano Sáenz cuando sostuvo que el hecho de que el presidente Samper no se hubiera dado cuenta del ingreso de grandes cantidades de dinero del narcotráfico a su campaña presidencial de 1994, era como «si un elefante se mete en tu casa y no te enteras».

El socialista chileno Marco Antonio Enríquez-Ominami dijo en una entrevista que la izquierda debe recuperar la mayor cantidad posible de gobiernos para una “nueva integración continental” y mencionó los ejemplos de Argentina, Bolivia, México, Venezuela, Nicaragua, y Cuba, países latinoamericanos que actualmente, aunque con diferentes enfoques, tienen gobiernos de izquierda.

Claro que hablar de democracia en Cuba, Venezuela y Nicaragua, parece todo un despropósito.