Otra vez los Legionarios de Cristo: ¿Qué espera el Papa para disolver a esa congregación?

EDITORIAL

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Foto web LdC

El Consejo Nacional para la Protección de Menores (CNPM) de la Conferencia del Episcopado Mexicano se pronunció hace pocas horas respecto del informe que constató reiterados casos de violencia sexual cometidos por el sacerdote de los Legionarios de Cristo, Fernando Martínez, en contra de menores de edad. Los prelados reiteraron su compromiso por la verdad y la justicia en favor de las víctimas.

Pero ya estas consideraciones no bastan y la congregación de estos legionarios es una ofensa para toda la iglesia católica y el Papa Francisco debería actuar de inmediato y acusar y enviar  a la Justicia a los abusadores y a sus encubridores.

Una nueva denuncia de abusos pone de manifiesto la urgente necesidad de tomar medidas que ya no pasan por la refundación de esa comunidad.

La comunidad de los Legionarios de Cristo, a través del documento publicado el pasado 22 de noviembre (leer el informe), manifestó su profundo dolor “por los hechos ocurridos, con la intención de corregirse y ayudar, en cuanto sea posible, a las víctimas y sus familiares en su camino de sanación”. Además, la congregación realizó un análisis detallado de la vida pastoral de Martínez, haciendo mención de los abusos cometidos, y pidió perdón por estos acontecimientos que calificó de vergonzosos. El reporte también se refirió a la perniciosa actuación autoritaria del fundador y entonces Superior General de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, que favoreció muchas de las deficiencias realizadas por el presbítero acusado.

La cadena de abusos y encubrimientos de esta congregación, se inicia con el propio fundador de esta comunidad, el padre Marcial Maciel, donde la web de los Legionarios detalla:

1941

El 3 de enero, el P. Marcial Maciel (1920 – 2008) funda, en la ciudad de México, la Legión de Cristo.

1946

El 12 de junio el fundador tiene su primera audiencia con el Papa Pío XII, en Roma, quien subraya la necesidad de formar líderes católicos especialmente en Latinoamérica.

En septiembre parte hacia España el primer grupo de legionarios que estudiará en la Universidad Pontificia de Comillas.

2006

La Legión de Cristo funda sus primeras comunidades en Filipinas y en Corea del Sur.

Una investigación canónica de la Congregación para la Doctrina de la Fe llega a una certeza moral suficiente para imponer sanciones canónicas graves al P. Maciel, correspondientes a las acusaciones hechas en contra de él, entre las cuales se incluían abusos sexuales contra seminaristas. Teniendo en cuenta tanto la edad avanzada del padre Maciel, como su delicada salud, la Congregación para la Doctrina de la Fe decide «renunciar a un proceso canónico e invitar al padre a una vida reservada de oración y de penitencia, renunciando a todo ministerio público. El Santo Padre aprobó estas decisiones».

2008

El 30 de enero, el P. Marcial Maciel, L.C., fallece en Jacksonville (Florida, Estados Unidos). Sus restos mortales se entierran en el cementerio de su pueblo natal, Cotija de la Paz, México.

La Legión de Cristo establece sus primeras comunidades en Hungría y en El Salvador, consolidando el servicio que el Movimiento Regnum Christi ya estaba ofreciendo en la pastoral familiar, social, educativa y de la juventud de estos países.

2009

Después de un proceso gradual interno de información, la congregación de los Legionarios de Cristo confirma públicamente que el P. Maciel ha tenido una hija en el contexto de una relación prolongada y estable con una mujer y otras conductas gravemente reprobables. Algunos meses más tarde, se presentan en los medios de comunicación otras dos personas, hermanos entre sí, que afirman ser hijos del P. Maciel, fruto de la relación con otra mujer.

En marzo, el Papa Benedicto XVI decide llevar a cabo una visita apostólica a las instituciones de los Legionarios de Cristo para ayudar a la congregación a superar las dificultades existentes. La visita apostólica, llevada a cabo por cinco obispos, inicia el 15 de julio.

2010

El 25 de marzo, los superiores de la Legión de Cristo y del Regnum Christi vuelven a expresar, en un comunicado público,su profundo dolor por las conductas gravemente reprobables de su fundador. A la vez, renuevan su compromiso de profundizar en la comprensión de la historia, el carisma y la espiritualidad y de recorrer un camino de renovación bajo la guía de la Iglesia.

Al concluir la visita apostólica, el Papa Benedicto XVI decide continuar el acompañamiento a los Legionarios de Cristo. Con este fin, el 9 de julio el Papa nombra al entonces Mons. Velasio De Paolis como Delegado Pontificio, que guiará la Congregación de los Legionarios de Cristo por su camino de revisión y renovación. Igualmente se anuncia una Visita Apostólica a los miembros consagrados del movimiento Regnum Christi.

Otro caso de abusos

Ahora otro hecho que provoca el rechazo de la comunidad católica. El P. Martínez Suárez, según reconocieron los Legionarios de Cristo, abusó de al menos seis niñas de entre 6 y 11 años a inicios de la década de 1990, cuando dirigía el Instituto Cumbres en Cancún (México). El sacerdote cargaba acusaciones de abusos de menores desde 1969.

La sanción no tiene relación con las aberrantes acciones del sacerdote:

El P. Martínez Suárez, actualmente de 79 años, vive en una casa religiosa en Roma (Italia). Entre las sanciones que le ha impuesto la congregación mexicana se encuentra la prohibición del ejercicio público del ministerio sacerdotal y se determinó que reciba un “acompañamiento psicológico adecuado”.

Además, la investigación encargada por los Legionarios señaló “la responsabilidad personal” del fallecido P. Marcial Maciel, quien los fundó en 1941, fue superior general hasta 2005 y cometió diversos abusos sexuales reconocidos por la organización.

La voz de las víctimas

Sin embargo, las víctimas del P. Martínez Suárez consideran que los encubrimientos no han terminado y este caso lo evidenciaría.

En diálogo con ACI Prensa, Belén Márquez, una de las víctimas de este sacerdote, lamentó que todo esto tenga lugar “dentro de una congregación que actualmente está buscando una renovación y una purificación. El P. Fernando seguía ejerciendo su ministerio hasta 2017”.

Y hay para mí una omisión muy grave de los superiores actuales, porque sí sabían del caso”, dijo.

Belén, al igual que las otras dos mujeres que han salido a la luz pública a denunciar los abusos del P. Martínez Suárez, acusa al sacerdote legionario Eloy Bedia, director territorial de la congregación entre 1992 y el 2000, de participar en el encubrimiento del caso y critica la ausencia de Bedia en el informe de los Legionarios de Cristo.

Según Belén, el P. Eloy Bedia, que en años pasados figuraba entre rumores como candidato a Superior General de los Legionarios de Cristo, fue a Cancún en 1993, se reunió con las mamás de las víctimas, admitió que el sacerdote cometió los abusos y anunció que recibiría atención psiquiátrica, “alejado de toda vida pública y que ya no iba a estar en contacto con niños”.

El Papa tiene que actuar

Ya no alcanza con hablar de reestructura de la congregación. Hay que parar los abusos, porque dentro de los Legionarios de Cristo hay gente valiosa que no debe quedar quedar ligada a los pedófilos abusadores de menores.

La sola mención de la palabra “Legionarios” provoca sensaciones de rechazo en la gente porque se asocia al sacerdote fundador de la congregación,  el abusador sexual Marcial Maciel y eso ya no tiene marcha atrás.

Francisco, por el bien de la iglesia debe tomar una resolución clara y contundente y disolver a estos legionarios que con su nombre ofenden a Cristo y principalmente dar el ejemplo con sanciones concretas a los depredadores sexuales y no simplemente mandarlos a un retiro espiritual.

Los obispos de México, por medio del Consejo, renovaron su firme compromiso de que delante de todo abuso sexual de menores en el seno de la Iglesia “se dé atención prioritaria a las víctimas, se denuncie penalmente a los agresores, se repare el daño causado, los responsables enfrenten los procesos legales ante las autoridades civiles y canónicas y estas actúen de modo expedito y responsable. Solo así se logrará lo que clama el Salmo 84: ‘La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron’”.

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