Si alguien no tenía en claro la estrategia de Juan Sartori, ahora tiene señales que demuestran que mientras por un lado habla de “unidad” dentro del partido; por otro arremete contra sus propios correligionarios, al estilo de “como te digo una cosa te digo la otra”. Simplemente un buen alumno… de la Universidad de Lausana, digo.
Para muestra basta un botón porque no creo en las coincidencias. A pocas horas de la guerra sucia con la difusión del video de los presuntos jóvenes del grupo ultra “Resurgir nacionalista”, el empresario arroja más leña al fuego y en vez de bajar el tono del ataque a Lacalle Pou sale a decir que “Hay una necesidad de un sistema político mucho más abierto, y no es fácil. Yo me estoy enfrentando hoy, por el primer lugar, a una de las dinastías políticas más importantes y más poderosas. No es fácil este sistema político”, dijo Sartori en una entrevista con Radio Carve.
¿Tenía necesidad de decir eso cuándo él es un fiel representante del poder que se logra a través del dinero?. Parecería que busca enfrentamientos internos en lugar de unir como pregona.
Anteriormente se encargó de lanzar sus dardos en dirección de Larrañaga y porque alguna encuesta lo colocaba segundo, salió a decir a los cuatro vientos, “esto ya es una interna entre dos”.
Pero el tema es que Sartori no tiene logros para exhibir ni propuestas que hayan calado hondo en la población -salvo algunos negocios exitosos, fuera de la política, como el de la marihuana, y después de “ningunear” a Larrañaga, se cuelga del éxito del precandidato de Alianza Nacional y anuncia que respaldará el plebiscito de “Vivir sin miedo”, porque reitero, no tiene nada para mostrar más que promesas.
Sartori ni siquiera tuvo la delicadeza de llamar previamente a Larrañaga para comunicarle su decisión de apoyarlo, algo que sorprendió al líder de Alianza Nacional cuando anteriormente, en febrero pasado, Sartori había dicho en radio Uruguay que no estaba de acuerdo con la creación de la Guardia Nacional compuesta por policías y militares. Hay una frase por allí que sintetiza todo: “Se pueden robar las ideas pero nunca el talento”.
Seguramente no habría leído el proyecto de Larrañaga y llama la atención que un hombre de mundo y de los negocios, como dice ser, no estuviera la tanto que la reforma planteada es la creación de una fuerza militarizada similar a la Guardia Civil de España, a los Carabinieri de Italia, los Carabineros de Chile y de otros países que actúan junto a la policía nacional con buenos resultados.
También todo “coincide” con otra burda maniobra donde una encuestadora fantasma, presuntamente desde México, entra en la guerra sucia ahora contra Jorge Larrañaga: En el audio al que accedió El Observador, una supuesta operadora hace una serie de preguntas al oyente sobre la interna del Partido Nacional y en una de ellas pregunta: “Larrañaga ocupa el tercer lugar y no tiene posibilidad alguna de ganar. ¿Debe sumarse a la campaña de quien va en primer lugar o debe seguir en competencia?” y sugiere dos opciones: que Larrañaga renuncie a su candidatura o que continúe.
¿Quién está detrás de todo esto? La Justicia debe investigar y el que dice que quiere la unidad del partido no diga hoy una cosa y después haga otra.
Todo queda muy claro; blanco se nace, no se inventa y Sartori que ni siquiera me juego a decir que es blanco, atacó a Lacalle Pou y se subió al carro de Larrañaga porque su auto, evidentemente, nunca tuvo combustible y para colmo de males, él no se sabe manejarlo y pide a gritos un chofer.
En el caso de Vivir sin miedo, Sartori se viste con ropa ajena.
Una nueva versión marihuanera del amigo de Mujica y Cánepa. El plan para destruir al PN en marcha
Qué raro? A Sartori no lo atacan desde el exterior o desde los falsos jóvenes de Resurgir nacionalista.
Comments are closed.