Los titulares de los diarios uruguayos son elocuentes, el avance de la delincuencia es preocupante y la iniciativa del senador Jorge Larrañaga de Alianza Nacional, de reformar la Constitución para crear una Guardia Nacional que trabaje junto a la policía, como ya existe en varios países, “con integrantes de las Fuerzas Armadas, para cumplir funciones de seguridad pública interior en todo el territorio de la República” y apoyando las labores de la policía, siendo una de las medidas que se incorporaría a la Constitución, reformando el artículo 85.
El proyecto incluye habilitar el “allanamiento nocturno” de viviendas, “en los casos en que el juez actuante tenga fundadas sospechas de que se están cometiendo delitos”.
También reformar el artículo 27 para que el Parlamento resuelva que los condenados con sentencia firme por delitos graves, no puedan obtener algún beneficio ni el acceso a “ningún instituto que permita su liberación antes del cumplimiento de la pena en su totalidad”.
Otro de los puntos a plebiscitar el de la “pena de reclusión permanente” de los delincuentes por delitos graves que “podrá ser revisada por la Suprema Corte de Justicia, quien podrá decretar su libertad luego de cumplidos 30 años de reclusión”.
En todo el país ha comenzado la recolección de firmas para pedir un plebiscito, donde los uruguayos votarán para definir esta reformas de la Carta Magna.
La iniciativa del senador opositor Jorge Larrañaga, cuenta- según encuestas- con un 75% de adhesión de los ciudadanos y la campaña, denominada “Vivir sin miedo”, comienza con una recorrida por todo el país, donde ya están instalados centros de recepción de firmas.
Larrañaga señala en un artículo de opinión que:
Los delincuentes tienen a la sociedad uruguaya al borde del knockout, nos están ganando.
Día a día se observa el avance de una violencia desconocida en el país.
300 homicidios por año. Un enorme aumento de los femicidios. ¿Cuándo nos hubiéramos imaginado un país con 20.000 rapiñas entre las consumadas y las tentativas?, ¿cuándo se hubiera pensado que en el interior del país se verían como nunca antes, ajustes de cuentas o un incremento de las rapiñas? y ¿cuándo se hubiera creído que en nuestro país existieran sicarios, barrios tomados por el narcotráfico dejando a miles de compatriotas honestos y trabajadores rehenes de estos delincuentes? Repito, porque a veces es necesario reiterar: hay barrios de Uruguay tomados por los narcos, hay sicarios y hay guerra entre bandas.
Es inocultable el aumento de la violencia y de la delincuencia, como lo es también la sensación de indefensión y caos en el que vive nuestra sociedad.
El Estado tiene la responsabilidad primordial de cuidar a su gente. No lo está haciendo.