Todos somos solidarios y que mueran mujeres cada día en manos de sus parejas es una aberración contra la que todos debemos luchar. No basta con hablar para detener este flagelo, hay que actuar y rápido. En eso estamos todos de acuerdo.
Los colectivos feministas cumplen un rol preponderante en esta lucha y se les debe apoyar desde todos los ámbitos, sin excepciones.
Pero mezclados entre estas organizaciones, aparecen grupos de ultras que fomentan el odio y la violencia y eso no provoca simpatías ni adhesiones a la causa.
La Coordinadora de Feminismos del Uruguay, es uno de los grupos que convocaron a la marcha por el Día Internacional de la Mujer en Montevideo y en la evaluación de la movilización expresaron que tirar bombas de pintura a una iglesia, (como la del Cordón), no es matar a nadie y argumentaron que todas las formas de expresión son “válidas”.
¿Vandalizar una iglesia es válido? Desde luego que no, pero, según la vocera de la Coordinadora de Feminismos, Cecilia Menéndez “Hay distintas formas de expresión y esa es una de ellas. Nosotras no la condenamos”, aseguró.
“Hay otras compañeras que tienen otras modalidades de accionar y nosotras aceptamos que exista, convivimos con eso y nos parece que está bien. Son formas diferentes de expresarse y esa es una”, quiso justificar Menéndez.
Lo contradictorio es que exigen respeto, pero ellas no respetan a otros. Lamentable tanta intolerancia. Una cosa es la libertad de expresión y otra muy distinta es la apología de la violencia.
La violenta acción contra la iglesia, fue repudiada por distintos sectores de la población y por funcionarios del gobierno uruguayo.
Basta verles las pintas y la forma en que hablan para entender que podrán ser “feministas”, pero nunca “femeninas”
Ordinarias feminazis, pero fundamentalmente provocadoras del odio
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