Por Juanita Folla Dora.-
Los vecinos del edificio de la calle San José 1111, en el barrio porteño de Constitución, respiran aliviados, la vieja cacatúa CFK ya no convoca a los kukas festejantes que fueron abandonando a la condenada por corrupción en la causa Vialidad y hasta el loro se ha ido y la soledad, pone frenética a la reclusa que ya no sale al balcón a reírse de los giles que la apoyan: “los cagué y todavía me aplauden”, debía pensar en sus pasos de comedia que daba al salir a tirar besos a los kukardos.
El silencio solo es roto con el pasaje de algún colectivo y automóviles que hoy transitan sin problemas por la zona.
La calma, es una de las súplicas de los vecinos que se vieron violentados por los acólitos de la presidiaria y la quietud del barrio descoloca a la septuagenaria encerrada en cárcel de lujo, en su piso con todas las comodidades, que pretende que sus serviles la sigan acompañando día y noche en este invierno duro, con temperaturas gélidas, mientras ella al calor de la calefacción quería dormirse arropada por los cánticos de los cómplices kirchneristas.
Parecería que ya no hay dinero para comprar manifestantes. La billetera quedó vacía.
Los posteos siempre oportunos de “Kid Lapicera” en la red social X, dejan en evidencia que la convicta se quedó sola sin festejantes…
San José 1111 hoy.
-Che Crsitina, se acabó el dinero??? pic.twitter.com/QbBwfMAXAt— Kid Lapicera (@kidlapicera) August 11, 2025
