Agentes de la Policía Nacional han desarticulado en Zaragoza una organización criminal de carácter internacional dedicada presuntamente a la trata de mujeres con fines de explotación sexual. La operación ha culminado con la liberación de ocho víctimas, en su mayoría de nacionalidad colombiana, y la detención de siete personas que enfrentan graves cargos, entre ellos delitos de trata de seres humanos, prostitución coactiva, tráfico de drogas, coacciones y pertenencia a grupo criminal.
Falsas promesas de empleo para captarlas
La investigación, que se inició tras la valiente denuncia de una de las víctimas, permitió descubrir el modus operandi del grupo. La red se especializaba en captar mujeres en situación de vulnerabilidad económica y personal en Colombia, a quienes se les ofrecían supuestos empleos en el sector de la hostelería o en el cuidado de personas mayores en España.
Una colaboradora del grupo en Colombia era la encargada de seleccionar a las víctimas, a quienes se les prometía cubrir todos los gastos del viaje, incluidos los trámites del pasaporte, billetes de avión y reservas de hotel. Todo ello con el objetivo de cumplir los requisitos exigidos para ingresar en el espacio Schengen.
Antes del viaje, las mujeres eran aleccionadas sobre cómo actuar en los controles fronterizos españoles para evitar levantar sospechas.
Explotadas sexualmente en pisos prostíbulo
Una vez en Zaragoza, las víctimas eran trasladadas a pisos utilizados como prostíbulos, donde eran obligadas a ejercer la prostitución bajo amenazas, coacciones y vigilancia constante. Se les exigía disponibilidad total para realizar servicios sexuales, incluso violentos, y debían pagar 500 euros mensuales por alojamiento, además del 50% del dinero obtenido en cada servicio.
La organización criminal también controlaba la publicidad de las víctimas en páginas de contactos. Eran forzadas a comprar ropa provocativa para sesiones de fotos, que luego se usaban para atraer clientes.
El rol de las “mamis”
Un papel clave dentro del entramado lo desempeñaban las denominadas “mamis”, encargadas de controlar a las víctimas dentro de los pisos prostíbulo. Estas mujeres organizaban el traslado de las explotadas entre diferentes inmuebles para mantener el interés de los clientes y maximizar los beneficios.
Asimismo, se encargaban de suministrar cocaína y potenciadores sexuales a los clientes, e incluso promovían el consumo de estas sustancias entre las víctimas para generar dependencia y aumentar su deuda con la organización.
La operación culminó con el registro de cuatro inmuebles en Zaragoza. En ellos se intervino dinero en efectivo, varias dosis de cocaína, material informático y documentación clave para la investigación.
La Policía Nacional continúa las diligencias para identificar a otras posibles víctimas y desarticular por completo la red de explotación.