A partir del 20 de enero, las relaciones de Estados Unidos con el mundo cambian. La llegada de Donald Trump a la presidencia americana hace que se reconfiguren muchas de las situaciones vigentes en el planeta.
Desde la campaña, y más a partir de su triunfo electoral, Trump comenzó a definir como sería su segundo periodo al frente de la presidencia, y parte de su discurso fue poner a su país como prioridad.
La relación comercial y geopolítica más importante de los Estados Unidos es con la República Popular de China, y para definir que podría suceder en esa relación, con consecuencias para todo el mundo, podemos tomar varios elementos:
- La primera presidencia de Trump, 2017 a 2021
En materia comercial, los Estados Unidos les impusieron aranceles a los productos chinos, alegando las malas prácticas chinas, tales como robo de propiedad intelectual, piratería y dumping, los chinos respondieron también con aranceles a ciertas mercancías americanas.
Por decreto, China paso de socio estratégico, a competidor estratégico. Ciertas restricciones a empresas como Huawei se implementaron, se restringió el ingreso de estudiantes chinos a Estado Unidos.
La postura de Trump fue muy crítica en cuestiones como los Derechos Humanos en Xingiang y en Hong Kong, así como en las responsabilidades por la epidemia de COVID.
En materia diplomática, Trump tuvo acercamientos públicos con Taiwán y se criticó la militarización del mar de China.
Fue una relación que mantuvo su flujo, pero ya con reclamos serios.
- Las declaraciones de Trump antes de regresar a la presidencia
A partir de que entro a campaña presidencial, Trump amenazo con incrementar aún más los aranceles a China, incluso a un 60%, criticando el enriquecimiento de China, a costa de los Estado Unidos. Aumento la crítica por las consecuencias del COVID, llamándole Virus Chino.
- Las primeras acciones de gobierno
Hasta el momento, Trump ha comenzado su mandato con declaraciones ríspidas contra China, incluyendo el incremento de 10% en los aranceles a los productos chinos, pudiendo llegar al 60% prometido. Asimismo, con respecto al Canal de Panamá, ha declarado que lo recuperara para los estados unidos, ya que están favoreciendo injustamente a China, y afectando al comercio americano.
Con estos elementos, y considerando que Trump no puede reelegirse, podrá tener una postura muy dura en muchos aspectos, sobre todo internacionales, y esto pasará por China.
Las relaciones continuaran, recordemos que Xi Jingpin fue invitado a la inauguración de Trump, y enviaron al vicepresidente Han Zheng, manteniendo un alto nivel en la representación.
Sin embargo, las tensiones continuarán, ambas economías están profundamente entrelazadas y, a pesar del gran déficit comercial que le representa a los Estados Unidos, no es posible sustituir las importaciones desde China.
La medida que Trump prefiere para buscar un equilibrio son los aranceles, ya los ha impuesto y continuará incrementándolos, anuncia que hasta el 60%, lo cual es un exceso, pero al menos forzara a China a replantear sus acciones contra los Estados Unidos.
China mantiene políticas muy agresivas contra los Estados Unidos, incluyendo el espionaje, tanto comercial como militar. Quiere competir en materia militar, tanto en armamento y equipamiento nuclear, como en posiciones geoestratégicas.
Las estrategias chinas de posicionamiento en el mundo, como el camino de seda, han llevado la presencia china a nivel mundial, con infraestructura, tratados comerciales y colaboración, llenando el vacío que los Estados Unidos dejaron a partir de la administración Obama.
La penetración china en el continente americano es muy fuerte, comenzando en Canadá, donde millones de chinos han emigrado, comercian y mantienen vínculos muy cercanos con la China comunista.
En Latinoamérica, las políticas diplomáticas agresivas, que han logrado que varios países desconozcan a Taiwán y se alíen con China, ha obtenido esos apoyos con regalos y promesas. La inversión china en Sudamérica, la construcción de infraestructura como el puerto Chancay en Perú, la entrada en la economía de todos los países, es una muestra de la agresividad comercial con la que China penetra territorios en la esfera de influencia norteamericana.
La posición de ambos países se endurecerá, mientras los americanos respalden a Taiwán, presionen para el respeto de Derechos Humanos y bloqueen los esfuerzos de infiltración china en su territorio. Los chinos, por su lado, mantendrán su política comercial y sus prácticas desleales, mientras puedan.
El momento actual, en el mundo, es de enfriamiento de la violencia, con esperanzas de un acuerdo entre Rusia y Ucrania y la Tregua entre Israel y Hamas, no parece que China quiera calentar el ambiente con una posible invasión a Taiwán.
El crecimiento de la influencia china en el mundo ahora comenzara a tener contrapesos, las respuestas de la administración Trump no serán de fuerza, sino de mercado, golpeando el bolsillo chino, en caso de mantener conductas que afecten a los Estados Unidos.
Rene Bolio Halloran
Presidente de la Comisión Mexicana de Derechos Humanos