La 16ª Conferencia de las Partes (COP16) de la Convención sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas concluyó tras 12 días de intensas negociaciones en Cali, la vibrante ciudad del Pacífico colombiano. Con la participación de 170 delegaciones oficiales, la cumbre dejó un legado significativo al lograr acuerdos históricos que reconocen y consolidan el papel crucial de las comunidades indígenas y afrodescendientes en la preservación de la biodiversidad.
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, anfitrión de la conferencia, destacó la creación de un nuevo órgano subsidiario del artículo 8J como el principal logro de la COP16. Este organismo permanente permitirá la participación efectiva de los pueblos indígenas y comunidades locales en las decisiones globales sobre biodiversidad. Se trata de un avance trascendental que formaliza la integración de estos actores clave en la gobernanza ambiental, cumpliendo una deuda histórica de más de 30 años del Convenio sobre la Diversidad Biológica.
El artículo 8J, parte fundamental del Convenio adoptado en 1992 y ratificado por 196 países, compromete a las naciones a “respetar, preservar y mantener los conocimientos, innovaciones y prácticas” de las comunidades indígenas y locales que son esenciales para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad. La implementación de este nuevo órgano subsidiario garantiza que estos saberes tradicionales se integren en las acciones globales para proteger la naturaleza.
Camila Paz Romero, vocera de los pueblos indígenas, calificó este logro como “una ocasión sin precedentes en la historia de los acuerdos multilaterales sobre ambiente”. Añadió: “Los pueblos indígenas y las comunidades locales del mundo, conectadas desde nuestros sistemas de conocimientos en el cuidado de la vida y la biodiversidad, recordamos el largo camino que hemos recorrido en este convenio”. También subrayó que este órgano subsidiario es un referente mundial al reconocer la necesidad de integrar los conocimientos ancestrales en las políticas de conservación.
Reconocimiento a las comunidades afrodescendientes
La COP16 también marcó un hito con el reconocimiento oficial de las comunidades afrodescendientes como actores fundamentales para la conservación de la biodiversidad. Este avance, incluido en el marco del artículo 8J, les otorgará acceso a recursos para financiar iniciativas medioambientales y garantizará su participación en futuras discusiones globales, incluyendo próximas ediciones de la Conferencia de las Partes. Este reconocimiento es un paso clave para reforzar su rol en la protección del medio ambiente y asegurar que sus voces sean escuchadas a nivel internacional.
Creación del “fondo Cali” para beneficios compartidos
En un esfuerzo por distribuir de manera justa los beneficios derivados del uso de información genética digitalizada, la COP16 aprobó la creación de un fondo mundial, conocido como “fondo Cali”. Este fondo canalizará recursos de las ganancias obtenidas por empresas que empleen secuencias genéticas para desarrollar productos, garantizando que una parte de esos ingresos beneficie a pueblos indígenas y comunidades locales. Los criterios para distribuir estos recursos se basarán en la biodiversidad de los países y sus necesidades de conservación, fortaleciendo así la equidad en la distribución de beneficios.
Puntos pendientes: financiamiento y monitoreo
A pesar de los avances, dos temas clave quedaron pendientes al cierre de la COP16, lo que plantea desafíos para la implementación del Marco Mundial Kunming-Montreal para la Biodiversidad. La ministra de ambiente de Colombia y presidenta de la conferencia, Susana Muhamad, reconoció que el modelo de financiamiento, que requiere 700.000 millones de dólares para ejecutar el plan global de protección de la biodiversidad, aún necesita definirse en términos de fuentes de recursos, mecanismos de acceso y ejecución.
Además, no se alcanzó un acuerdo sobre el mecanismo de monitoreo para evaluar los avances de los países en el cumplimiento de las metas de conservación. La ministra subrayó que estos puntos pendientes representan retos que la convención debe abordar con urgencia para asegurar la efectividad del marco global.