El régimen chavista acaba de quitarle a Brasil la custodia de la embajada argentina en Venezuela y amenaza con entrar a secuestrar a los seis opositores asilados en dicha sede diplomática.
Maduro expulsó a los funcionarios diplomaticos de los países que no reconocen su reelección entre los que se encuentra Uruguay que el próximo martes deberá enfrentar en Caracas a la vinotinto por las eliminatorias del próximo mundial de fútbol.
Ante la locura desatada por el dictador y sus secuaces que agravian, insultan y amenazan desde las redes sociales a estos países y donde se atropellan a diario los derechos civiles, la seguridad de las delegaciones debe ser prioridad de la Conmebol y decidir si es cómplice de la dictadura y se arriesga a una situación grave ante la violencia de un demente o suspende – de momento- los partidos en Venezuela.
De momento la situación es extrema y Maduro está desesperado y vaya uno a saber que planes tiene para demostrar que él es quien manda y que no acepta imposiciones.
La Conmebol no puede avalar la situación que se vive en Venezuela y mucho menos permitir que en un estado de terrorismo interno se jueguen partidos oficiales de las eliminatorias.
Hasta que no se resuelva la situación y se vuelva al camino democrático, el ente rector del fútbol sudamericano debe suspender los encuentros deportivos en territorio venezolano
No esperemos mucho de la Conmebol, que prioriza el dinero antes que la seguridad de los equipos y esto ya lo comprobamos en la reciente Copa América de EEUU.
