Por José Alem Deaces.-
Al presentar a quién eligió como compañera de fórmula para competir en las próximas elecciones nacionales y en un eventual balotaje, el elegido candidato del Partido Nacional, Álvaro Delgado, sorprendió con la designación de Valeria Ripoll.
Entre otras justificaciones de dicha elección, se refirió reiteradamente a un nuevo paradigma.
Precisamente, a pesar de la mención a la encomendación de Agustín Iturralde para coordinar con otros grupos del Partido, la confección de un programa único, he de referirme al concepto de nuevo paradigma, que de nuevo tiene muy poco, pero que luego de variados intentos, creo que ahora sí, se impone de a poco en los Partidos de la Coalición Republicana.
Ha quedado muy lejana la época posterior a la guerra grande, en que se promovió una política unionista que tenía por finalidad la eliminación de los Paridos Blanco y Colorado y la fundación de un Partido único.
No encuadra en esta idea la unión del Partido Blanco ya Partido Nacional en 1958 con el regreso de escindidos al Partido, regresando a la casa madre, sin embargo, sí lo hace la incorporación de Benito Nardone son su ruralismo, lo que independientemente de cómo terminó la vinculación, permitió el triunfo luego de 93 años.
También lo fue claramente la creación del Fidel por grupos de izquierda para las elecciones de 1962, la que concluyó en un fracaso.
Las ideas de unión de la izquierda prosperaron en 1971 votando unidos bajo el lema Partido Demócrata Cristiano y posteriormente bajo el lema Frente Amplio a partir de 1989.
Esta última coalición que hasta hoy se mantiene la integran varios partidos, tales como el citado, el Comunista y el Socialista e infinidad de blancos y colorados, que fueron muchos más de los que votaban a los partidos citados.
Y ese partido, para obtener la victoria electoral luego de varios intentos fallidos, obtuvo el triunfo, insistiendo en la formula con un candidato Rodolfo Nin por tres oportunidades, no teniendo en cuenta o tal vez valorando que egresó del Partido Nacional, por el cuál había sido elegido dos veces Intendentes y en la última también senador, dado que las elecciones eran simultaneas.
Acaso eso no fue un nuevo paradigma.
Posteriormente el Presidente Julio María Sanguinetti, comenzó a hablar de familias ideológicas, ¿no fue eso la intención de crear un nuevo paradigma?
A pesar de ello, salvo votar juntos en el balotaje, ese nuevo paradigma no se consumo.
Sin embargo a partir del año 2019, la idea comenzó a concretarse con la creación de una nueva coalición
Coalición distinta pero nueva coalición al fin, pues los integrantes, no votan en primera vuelta con su propio línea, para luego votar al mismo candidato.
Es decir, que nos encontramos con dos coaliciones, las cuáles en distintos momentos y con distintas formas, nacieron para crecer y mantenerse o dicho de otra manera, llegaron para quedarse.
No estamos pues ante un hecho novedoso.
Pero novedoso es ahora su aceptación, por más que queden recelos.
Debemos acostumbrarnos a que los nuevo lideres piensen más en modo coalición y menos en modo Partido. Lacalle Pou, Delgado, Ojeda, Mieres y Manini, en mayor o menor medida así lo hacen, sobre todo los tres primeros.
Y Delgado, pensó en modo coalición cuando eligió a su Vicepresidente.
Es claro en mi opinión, que tiene claro y acepta que puede perder votos, pero también lo es que los votos que perderá el Partido Nacional, quedarán e la Coalición Republicana, pero apuesta fuertemente a obtener con Valeria Ripoll, votos de indecisos, que son los que en definitiva, por más que yo piense también en el voto Buenos Aires, los que definirán la elección.
Los votos de indecisos que pueda obtener serán para la Coalición Republicana, en la que salvo un tsunami que traslade una enorme cantidad de votos a otros Partidos de la misma, el Partido Nacional, será mayoría y él, el candidato de la mencionada coalición en el balotaje.
¿Decisión genial?, ¿Decisión arriesgada?, lo dirá el pueblo al votar en octubre.
Por mi parte, sigo fiel a mi Partido Nacional.