En una operación internacional liderada por agentes de la Policía Nacional de España, en colaboración con la National Criminal Investigation Service (NCIS) de Noruega, la agencia estadounidense Drug Enforcement Administration (DEA), la National Crime Agency (NCA) británica, el Maritime Analysis and Operations Centre (MAOC) y con el apoyo de EUROPOL, se ha desarticulado la mayor organización de “narcoveleros” del mundo. Esta red criminal operaba entre Sudamérica y Europa y ha resultado en la detención de 50 personas y la realización de 47 registros en España y otros siete países.
Un operativo de alcance internacional
La operación conjunta ha llevado a cabo 28 registros en España, en las provincias de Málaga (13), Valencia (6), Almería (5), Alicante (2), Girona (1) y Murcia (1), y ha resultado en la detención de 26 personas. A nivel internacional, se han realizado registros en Noruega (13), Bulgaria (1), Reino Unido (1), Panamá (1), Trinidad y Tobago (1), Portugal (1) y Colombia (1). En total, se han intervenido 1.500 kilos de cocaína, ocho embarcaciones, 36 vehículos y más de 85 terminales telefónicos.
Inicios de la investigación
La investigación comenzó en junio de 2020 junto con las autoridades del Reino Unido, al detectarse una organización británica asentada en España que traficaba cocaína desde Sudamérica a Europa. Los investigadores identificaron a los integrantes de la organización, que contaba con una flota de embarcaciones registradas a nombre de terceros para ocultar sus actividades ilícitas.
Operaciones en el Atlántico y el Mediterráneo
La organización operaba principalmente en las islas de Tenerife, Gran Canaria, El Hierro y Lanzarote, estableciendo rutas marítimas hacia Sudamérica. Desde el sur de España, los responsables coordinaban y dirigían los transportes, manteniendo reuniones con enlaces en los países de origen de la droga. En la Costa del Sol, el grupo criminal, compuesto por miembros del “Balkan Cártel”, vivía a un alto nivel gracias a los beneficios de su actividad ilícita.
El líder y su red de confianza
El líder de la organización, conocido como “el profesor”, llevaba más de 20 años operando en el narcotráfico y contaba con la confianza de cárteles colombianos y mexicanos. Este individuo reclutaba a los tripulantes de los veleros y supervisaba su mantenimiento. El dinero generado era reinvertido en nuevas operaciones y blanqueado a través de una red empresarial internacional.
Preparativos y comunicaciones cifradas
Los agentes identificaron un total de 10 embarcaciones utilizadas para las “narcorrutas”, con bases de operaciones en España y Sudamérica. En España, utilizaban puntos logísticos en Valencia, Alicante, Almería, Málaga y Canarias, mientras que en Sudamérica operaban en Brasil, Colombia, Guayana, Trinidad y Tobago, Santa Lucía, Barbados y Panamá. La organización utilizaba sistemas de comunicación cifrados para mantenerse a salvo de la vigilancia policial, con cada miembro clave disponiendo de hasta 15 terminales telefónicos.
Operación conjunta y resultados
La preparación de dos veleros que iban a recibir más de 1.000 kilos de cocaína cada uno llevó a una acción preventiva internacional, con apoyo judicial en Noruega, Bulgaria, Portugal, Reino Unido, Panamá, Santa Lucía, Trinidad y Tobago, y actuaciones en Francia, Polonia y España. La colaboración internacional ha sido fundamental para el éxito de esta operación, destacando la cooperación entre diversas agencias policiales y de inteligencia de múltiples países.